Bajo el título Ranking: Los principales socios comerciales de China en Latinoamérica, la revista Mercado menciona que en las últimas dos décadas, China redefinió su papel en América Latina, transformándose de un mero socio comercial en un actor estratégico con influencia económica, política y tecnológica.
Con un comercio bilateral que supera los USD 450.000 millones anuales en 2025, el gigante asiático tejió una red de interdependencia con once naciones clave, cada una con un perfil económico distinto pero un denominador común: la creciente relevancia de Beijing en sus agendas de desarrollo.
“Lejos de limitarse a intercambios mercantiles, su presencia en la región abarca desde megaproyectos de infraestructura hasta alianzas diplomáticas, consolidando un modelo de cooperación que desafía la histórica hegemonía de Estados Unidos”, registra la revista citada.
La estrategia de China en América Latina se sustenta en tres pilares: Acceso a recursos naturales, expansión de su infraestructura global y consolidación de alianzas políticas. A diferencia de las relaciones tradicionales con Occidente, basadas en condicionalidades o influencia militar, Beijing optó –según la publicación– por un enfoque pragmático: financiamiento sin restricciones ideológicas, inversiones en sectores estratégicos y acuerdos comerciales preferenciales.
Esta aproximación ha permitido a China posicionarse como el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú, además de incrementar su participación en mercados tradicionalmente alineados con Washington, como México y Colombia.
La región, por su parte, ha encontrado en el mercado chino una alternativa para dinamizar sus exportaciones, aunque no exenta de desafíos, como la dependencia de materias primas y la competencia con la manufactura asiática.
Brasil es el principal socio comercial de China en América Latina, con un comercio bilateral que supera los USD 150.000 millones anuales, según la publicación.