Tras la amenaza militar, la amenaza económica: China anuncia un plan de desarrollo de la metrópolis de Shenzhen, interpretado como una manera de arrojar sombras sobre la vecina Hong Kong, donde prosiguen las manifestaciones en protesta contra la influencia de Pekín.
Situada a las puertas de la ex colonia británica, Shenzhen es considerada una buena alumna a los ojos del régimen comunista, en comparación con Hong Kong, donde centenares de miles de personas desfilaron el domingo una vez más para denunciar al ejecutivo pro-Pekín. El Gobierno chino adoptó ese mismo día una directiva cuyo objetivo es hacer de Shenzhen un escaparate del socialismo a la china, al que quiere hacer figurar en 2025 al tope entre las ciudades del mundo, en términos de poder económico y calidad de desarrollo. Antes de 2035, la ciudad ocupará el primer puesto mundial en términos de competitividad global. Shenzhen atrajo las industrias tecnológicas, así como a una mano de obra joven y cualificada proveniente de todo el país. Actualmente, la ciudad cuenta con más de 12 millones de habitantes, contra los 8 millones de Hong Kong. El PIB en ambas ciudades se volvió equivalente.
Por otro lado, las autoridades chinas utilizaron cerca de un millar de cuentas de Twitter, y en menor medida de páginas de Facebook, para desacreditar y dividir a los manifestantes prodemocracia en Hong Kong, afirmaron las dos redes sociales ayer. AFP