“Es un disco bastante bien logrado, con una fusión auténtica entre las voces de ellas y la mía. Juntamos los chamamés y las polcas paraguayas en guaraní; canciones muy representativas están plasmadas en este material, una verdadera integración”, manifiesta Mirta Noemí Talavera, al describir el cedé que lleva por título Che mba’epu (mi sonido), nombre elegido en coincidencia entre las tres intérpretes en razón de “su significado y sentimiento”, según detalla.
DISTINTO. El décimo segundo disco de estudio de la exponente del folclore nacional y el primero de ellos grabado en conjunto con otros intérpretes, contiene 10 composiciones, entre ellas, Villa Guillermina, Ingratitud, Retrato de un pescador, Camba Cuá, Virgen Querida y Mokõi Guyra’i, estas dos últimas grabadas en conjunto con el requintista Roscer Díaz, junto a quien la intérprete refiere que lograron una versión sublime. “La frescura de su requinto le dio un matiz muy especial”, agrega.
Sobre las emociones que despertará el disco en el oyente, la cantante opina que serán positivas. “Le va a llegar la dulzura del contenido de las canciones, sobre todo el amor y la pasión que se han puesto en este material, porque amamos la música por sobre todas las cosas”, acota.