La tan esperada mudanza para las familias beneficiarias del complejo conocido como barrio San Francisco, en Zeballos Cué, con mil soluciones habitacionales, comienza en la fecha y se extenderá hasta febrero del 2018.
Ayer ya se observaba a la gente de Área Refugio, que se ubica entre la avenida Costanera y los bajos del Parque Caballero, embolsar sus pertenencias y disponer los muebles que llevarán a las viviendas de material de ese nuevo núcleo poblacional asunceno.
Ña Irene Flor (70) y Laura Andrea Romero, mientras preparaban sus cosas, muy emocionadas relataban que no ven la hora de estar ya en su futuro hogar para superar definitivamente el drama de las inundaciones.
Cynthia Benítez, responsable del Departamento de Proyectos Estratégicos, de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat), explicó que el plan piloto que se pone en marcha es llevar a 100 familias antes de las fiestas de fin de año.
En ese sentido agregó que en este primer paso se tras- ladará a cinco familias del Área Refugio (en los bajos del Parque Caballero) y a otras cinco de Zeballos Cué.
“Todos ya fueron informados sobre el orden en que se dará la mudanza. Empieza por Refugio luego San Felipe, San Vicente, 12 de Junio y San Pedro. Se calcula que en dos semanas ya se llevarán a las 70 familias que están hoy en Refugio”, apuntó.
BENEFICIOS. La ministra de Senavitat, Soledad Núñez, durante un recorrido realizado ayer por el barrio San Francisco, explicó que tanto chacariteños como zeballenses serán traídos por etapas a este lugar.
Resaltó que cada bloque de departamentos estará ocupado por familias afines entre sí, de manera que haya una red de vecinos que vivieron toda una vida juntos.
Asimismo, dijo que los beneficiarios tendrán un año de gracia para después abonar una cuota de G. 120.000 durante cinco años y un mes para cubrir costos de la casa.
Apuntó que se están ultimando detalles como aceras, pavimento y escuela.
Nací en la Chacarita. Cada terciada de mi casa tiene su historia. Esto es un sueño increíble.
Laura Andrea Romero, beneficiaria.
Ya lloré mucho de la emoción. Allá voy a cocinar y vender lo que hago. Vamos a estar mejor.
Irene Flor Domínguez, beneficiaria.