Dos niños corrían presurosos detrás del colectivo que acababa de pasar. Subieron con agilidad la estribera para ofrecer sus productos: uno vendía helados en pote en una caja de isopor y otro llevaba gaseosas en una conservadora plástica. Uno dijo que era de Ypané y el otro de Ytororó. Ambos tienen 11 años y sin que desaparezca la sonrisa de sus rostros, ofrecían sus productos a quienes pasaban en una de las calles aledañas a la plaza Brigadier Fulgencio Yegros, en pleno centro de Ñemby.
Una mujer que esperaba un bus interno para ir al barrio Pa’i Ñu miraba con atención esta escena. Lamentó que los padres de esos niños les expusiesen a ese nivel de peligro vendiendo en la calle.
Lida Bogarín, de 45 años, es madre soltera y desde hace 15 años vende verduras en la vereda. Desde que cerró el centro Abrazo, situado a 100 metros del sitio donde trabaja, su hijo ronda por las calles.“Desde que terminó esa guardería ohejaparei hikuái mitãme (dejaron de balde a los niños). Mi hijo se solía ir mientras que yo trabajo acá; se iba a merendar, al volver de la escuela, almorzaba ahí y se quedaba hasta las cinco (de la tarde).
Ahora no se va más porque terminó, no sé dónde se mudó”, dijo sobre ese centro del emblemático programa del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna).Desde la cuadra del supermercado Real Ñemby hasta el semáforo de la calle 9 de Agosto y la Avda.
Acceso Sur, hay al menos diez niños y adolescentes trabajando en la calle; algunos adultos estaban con sus hijos lactantes mientras trabajaban.Este paisaje se repite en otras zonas de influencia, donde cerraron también centros de Abrazo: Lambaré, Tablada y Limpio.
Tirados en la calle. Así se los ve a diario y en varios puntos del microcentro de Asunción a decenas de niños y adolescentes en situación de consumo. La mayoría eran usuarios del Centro Abierto, del Programa de Atención Integral de Niñez y Adolescencia en Calle (Painac) que cerró el año pasado.
Por las mañanas, puede verse a varios chicos dormir en las veredas de los alrededores.
La casa está situada en Manuel Domínguez 1048 casi Brasil y era alquilada con ayuda de la Municipalidad de Asunción.
Hasta allí, iban a pernoctar, asearse y alimentarse entre 25 y 30 niños y adolescentes, según Jorge Amarilla, quien hasta hace una semana era director del Painac.
Contó que por conflictos con los vecinos de la zona, quienes hasta con armas habían amenazado a los niños, debieron cerrar ese refugio.
Al visitar esa casa, ÚH corroboró que en el buzón había una factura de último aviso de la Essap de unos G. 1.500.000.
Amarilla comentó que dinero para alquilar otra casa hay, pero que hasta el momento no encontraban.
Paradoja
El Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna) lanzó en enero su Operativo Verano y Estrategia Calle para asistir justamente a los niños, niñas y adolescentes que están en situación de calle. Para el efecto, fortaleció sus recursos humanos del dispositivo de respuesta inmediata (DRI) para ofrecerles los servicios de esparcimiento y acogida que tiene el Ministerio, a modo de reducir su presencia en la vía pública.
Los operadores del DRI, que de 12 pasaron a ser 32 operadores, hacen “foco” –como le llaman a dicho abordaje– para proponerles a los niños o a sus padres, si es que estuvieran con ellos en ese momento, que ingresen a alguno de los centros abiertos del Minna o a programas como Abrazo.
El impacto de este procedimiento está en entredicho, debido a que, en contrapartida, varios locales de niñez cerraron o bien se encuentran en deplorables condiciones. Incluso, el personal técnico de algunos centros –como Abrazo– se redujo ante la no renovación del contrato de educadores y apoyos familiares, quienes son los que brindan asistencia a los niños y hacen el seguimiento respectivo a las familias. Es el caso del local de Mariano Roque Alonso que, desde el 31 de enero, no tiene educadora ni apoyo familiar. La inexplicable desvinculación, pues se está en plena temporada alta de niñez en calle, alcanzó a los centros de Cateura y al Centro 3 de Chacarita, donde también descontrataron profesionales.
En reiteradas ocasiones, incluida ayer, la ministra Teresa Martínez se negó a brindar declaraciones a ÚH.
La responsable de Comunicación del Minna, Any González, aseguró que mañana la institución se pronunciará al respecto.