Los momentos de agonía quedaron atrás. A sus 15 años, Miguela Ayala bailó el vals de la alegría celebrando la vida, luego de un trasplante del corazón. Y lo hizo en el lugar donde volvió a nacer: el Hospital Pediátrico Acosta Ñu.
Hace tres años, Miguela luchaba contrarreloj con la esperanza de encontrar un donante. En febrero de 2015, una familia decidió donar el corazón de un ser querido que contaba con muerte encefálica. Esto permitió a Miguela continuar y celebrar su vida.
VOLVER. La intervención se realizó en el Hospital Pediátrico Acosta Ñu. Tres años después, la joven volvió al centro asistencial, para celebrar sus 15 años.
“Cuando las doctoras me dijeron que me iban a festejar mi cumpleaños, pensé que iban a comprar una torta para cantarme Cumpleaños feliz, pero nunca esto”, dijo. Un sector del Acosta Ñu se había transformado en un gran salón de fiestas. Incluso la esperaba el vestido con el que ella había soñado para la ocasión. El primer vals lo hizo en compañía del doctor Marcos Melgarejo, quien la operó. Los médicos y enfermeras se sumaron al festejo, así como Javier Zacher, del grupo Salamandra.