El primero pide prudencia y teme que los brasileños también envíen sus animales vivos a Paraguay, basándose en las reglas del Mercado Común del Sur, que promueve el libre comercio, pero además considera que podría ocurrir una masiva exportación que perjudique al consumidor paraguayo.
“Si se convierte en un hábito, una costumbre, podría desabastecer el mercado nacional frente a compradores de gran volumen, generando una situación de crisis social, al faltar costilla en el país, que es lo que consume nuestra gente”, expresó.
A su vez, Pedro Galli explicó en un video que los productores no pueden renunciar al derecho de enviar ganado en pie a otros países, más aun cuando hay un sobrante de 300.000 animales por una reducción de la faena.
“Valoramos la inversión en la industria, pero en los últimos 10 años hubo inversiones de más de USD 4.000 millones por parte de los productores. Pretendemos tener un precio justo y razonable como resultado de nuestro esfuerzo”, indicó.
Sus declaraciones coinciden con otro gremio que encuentra trabas en sus gestiones para la venta de vacunos al Brasil, donde se paga USD 3,06 por kilogramo al gancho, 7% más que Paraguay (ver infografía).
Riera y Galli conforman la organización central de la ARP y disputan el cargo del presidente, Luis Villasanti, cuya gestión se extiende hasta el 26 de abril.