27 jun. 2025

Cambio paradigmático

Años atrás en una conferencia pública auspiciada por ADEC en nuestro país, Bernardo Kliksberg nos dio a conocer el concepto y la trascendencia de lo que se ha dado en llamar el capital social (*).

En la ocasión me llamó la atención la presencia de buena cantidad de organizaciones de la sociedad civil, ahora denominadas OSC’s, que trabajan incansablemente en diversos sectores de interés público y que incluían un buen porcentaje de la población nacional, aspecto nada despreciable para un país que involucionó durante las largas décadas de la dictadura stronista.

Rescato algunas ideas vertidas durante la conferencia, que deben llamarnos a profunda reflexión para impulsar una democracia seria, duradera y fraterna.

* Las áreas económica, política y social están profundamente ligadas. Lo que suceda en cada una de ellas va a condicionar severamente a las otras.

* Debemos abordar los problemas de crecimiento con equidad a largo plazo, base de la prosperidad y el progreso humano. Si no logramos una mayor equidad y justicia social, no habrá estabilidad política. Sin estabilidad política, por muchos recursos que consigamos acumular para programas económicos, no habrá estabilidad financiera.

* Los países con mayor desigualdad social son políticamente más inestables. Se debe practicar políticas de desarrollo social y mejorar la equidad.

* Para que el crecimiento signifique bienestar colectivo, debe haber desarrollo social.

* Mejorar el perfil de la población de un país es un fin en sí mismo.

* El objetivo final del desarrollo tiene que ver con las oportunidades reales de los seres humanos.

* Las personas, las familias, los grupos son capital social y cultural. Por esencia son portadores de actitudes de cooperación, valores, tradiciones, visiones de la realidad, que son su identidad misma.

* El capital social cuanto más se utilice más crece.

La visión que aparece es que no es viable el desarrollo social sin crecimiento económico pero el mismo, a su vez, no tendrá carácter sustentable si no está apoyado en un intenso crecimiento social.

Esta es una verdad que se nos ha privado en forma perversa durante los largos años de dictadura. Tiempo en el que se pregonaba que nuestro pueblo no estaba preparado para la democracia, justificándose así cualquier tipo de atropellos que mantuvieron a buena parte de la población en un marco de infantilismo, exclusión y prebendarismo cívico, que tanto nos está costando superar.

Hoy en día, ha pasado mucha agua bajo el puente y los vaivenes de nuestra política criolla nos están llevando, a buena parte de la población, a sentirnos enfrentados y cuestionados por la reciente destitución del presidente de la República. Divergencias a la que podría aplicarse la expresión: “Cuidado con tirar el agua de la bañera con el niño dentro”, ya que la vida social no se interrumpirá con este lamentable acontecimiento y debemos actuar con serenidad y comprensión para salvaguardar, en toda forma y circunstancias, el capital social que hemos estado construyendo en estos años con mucho sacrificio.

(*) Fenómeno subjetivo compuesto de valores y actitudes que influyen en la forma en que se relacionan las personas para establecer lazos de cooperación y ayuda mutua.