La Cámara de Apelaciones confirmó las penas de los policías Jhonie Orihuela y Jorge Zárate, condenados a 20 y 11 años de cárcel, respectivamente, tras un procedimiento irregular donde resultó herido y con imposibilidad de caminar el joven Richard Pereira, quien ahora se mueve en silla de ruedas.
La Primera Sala, integrada por los camaristas Gustavo Santander, Delio Vera Navarro y José Agustín Fernández, declaró inadmisible la apelación de las condenas para los mencionados policías.
El suboficial Johnie Orihuela y el comisario Jorge Zárate, ex jefe de la Comisaría 4ª Metropolitana, fueron condenados a 20 y 11 años de prisión por el Tribunal de Sentencia, integrado por los jueces Fabián Weisensee, Juan Mendoza y Laura Ocampo.
La medida fue apelada en su momento por la defensa de los uniformados.
Johnie Orihuela fue condenado a 20 años de cárcel, tras ser hallado culpable de tentativa de homicidio doloso en calidad de autor y de persecución de inocente y simulación de hecho punible en calidad de coautor.
El uniformado fue quien realizó el disparo contra Richard Pereira, de 27 años, quien quedó parapléjico.
Por su parte, el comisario Jorge Zárate, ex jefe de la Comisaría 4ª Metropolitana, fue condenado a 11 años de cárcel por persecución de inocentes, simulación de un hecho punible, denuncia falsa y frustración de la persecución y ejecución penal.
Ambos agentes deberán guardar reclusión en la Agrupación Especializada de la Policía Nacional.
El caso conocido como gatillo fácil ocurrió el sábado 13 de agosto del año 2016, alrededor de las 5.50, cuando el joven Richard Pereira estaba a bordo de su vehículo y se dirigía a su casa, momento en que fue perseguido por una patrullera de la Policía Nacional.
Poco tiempo después, fue interceptado en las calles 24ª Proyectada y Pa’i Pérez, en el barrio Roberto L. Petit de Asunción.
Pereira bajó de su vehículo con las manos arriba y el suboficial Johnie Orihuela lo tiró al suelo para obligarlo a que se ponga de rodillas. Luego le disparó en la nuca. El procedimiento policial fue captado por cámaras de circuito cerrado, cuyas imágenes fueron claves para la investigación del Ministerio Público.
La víctima, aparentemente, trató de eludir a los policías, ya que los agentes de la comisaría jurisdiccional eran conocidos por pedir coimas en los procedimientos.
El joven logró salvar su vida; sin embargo, quedó sin poder caminar de por vida.