La nutricionista Ivana Olivero cuenta que no trabaja delimitando tiempos con sus pacientes en la generación de un hábito. “Cada persona es diferente. Hay personas más y menos disciplinadas, y ahí hay gran diferencia en la estructura cotidiana. A algunos les cuesta más que a otros acostumbrarse a nuevas acciones”, explica
En el caso de la alimentación explica que la clave es superar la frustración que implica una nueva conducta.
“Pasada la motivación inicial (recuperar la salud o por estética), es fundamental manejar la frustración, y aprender a flexibilizar con uno. Ante un desliz, por estrés o falta de tiempo, no caer en la culpa y seguir adelante con el nuevo comportamiento saludable. Finalmente se hará parte de la vida cotidiana siendo ya ahora, lo nocivo, una excepción”, señala.
Para Olivero es importante focalizar la mente en la sensación de bienestar más allá de lo estético, y reasociar gratificaciones, mimos y descanso en otros estímulos que no sean la comida.