23 may. 2025

Brasil no condicionará protección de la Amazonia a la financiación

Marina Silva mantuvo un encuentro con la prensa, en el que desgranó las prioridades ambientales del próximo mandatario. Silva podría repetir como ministra de Medio Ambiente.

Brasil protegerá la Amazonia con sus propios esfuerzos y no lo condicionará a la recepción de fondos internacionales, afirmó ayer sábado en la COP27 la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, del equipo del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva.

A dos días de que el líder izquierdista tome el avión para participar en la cumbre anual del clima en Sharm el Sheij, en Egipto, Marina Silva mantuvo un encuentro con la prensa, en el que desgranó las prioridades ambientales del próximo mandatario.

Silva, que podría repetir como ministra de Medio Ambiente, cargo que ya desempeñó con Lula entre 2003 y 2008, insistió en la necesidad de crear un superórgano nacional que coordine la acción climática entre varios ministerios.

“Es algo innovador y potente”, declaró la ex ministra.

Marina Silva aseguró que la visita de Lula a Sharm el Sheij, antes incluso de asumir el cargo el 1 de enero, envía el mensaje poderoso de que “Brasil recobra el protagonismo ambiental en el espacio multilateral”.

Según sostuvo, “una prioridad estratégica” será la lucha contra la deforestación de la Amazonia, que bajo el gobierno de Jair Bolsonaro avanzó con fuerza desde al año 2019 y en el 2021 alcanzó un máximo en 15 años, por su política de promoción de la minería y las actividades agropecuarias incluso en zonas protegidas. En esa tarea por preservar el mayor pulmón verde del planeta y un sumidero fundamental de CO2 capaz de combatir el cambio climático, Silva aseguró que Brasil actuará “con sus propios esfuerzos”, sin condicionarlo a la ayuda internacional.

Y al combatir la destrucción de la Amazonia y perseguir un objetivo de reforestación de 12 millones de hectáreas, Brasil adoptará un papel de liderazgo mundial “por medio del ejemplo”, destacó.

Recomponer equipos. Silva se felicitó no obstante de que Noruega y Alemania hayan anunciado, tras la victoria de Lula, estar dispuestos a reanudar su apoyo financiero, después de haberlo retirado en 2019 poco después de la llegada al poder de Bolsonaro. Y adelantó que se buscarán otros socios adicionales.

Noruega es el mayor contribuyente de ese fondo, y según su ministerio de Medio Ambiente, hay actualmente 641 millones de dólares disponibles.

Silva detalló que la ayuda internacional puede ser útil igualmente para promover la llamada bioeconomía.

Según ella, una de las pistas es fortalecer la agricultura familiar en la Amazonia, no para hacer retroceder su extensión sino para aumentar la productividad en explotaciones ya existentes por medio de tecnología más moderna.

Igualmente, la aliada de Lula reconoció que hay una tarea urgente en recomponer los presupuestos destinados a la preservación de la Amazonía, recortados por el gobierno de Bolsonaro, y también los equipos especializados en la conservación.

“No es algo difícil, habrá que sustituir a personas inadecuadas, a los militares que no saben de medioambiente”, por “equipos técnicos” capaces de hacer bien su trabajo y que están “amenazados y asediados por el actual gobierno”, apostilló.