Se trata de la mayor economía de América Latina y el Caribe (ALC). En Sudamérica es la de mayor influencia, especialmente para Argentina, Paraguay y Uruguay, países fundadores del Mercosur. Por lo tanto, todo lo que ocurra en Brasil es importante para ALC y determinante para el Cono Sur.
Son preocupantes las noticias de las últimas semanas sobre la situación interna de Brasil así como de la economía global, especialmente, de la guerra comercial de los EEUU con Turquía y la China Continental. Las iracundas reacciones de Trump, con actitud agresiva contra el libre comercio mundial en general y contra el gigante asiático y ciertas economías emergentes en particular, tienen repercusiones instantáneas sobre Brasil y Argentina, empeorando sus desequilibrios estructurales.
Recordemos que Brasil cuenta actualmente con 208 millones de habitantes y que su producto interno bruto ascendió en el 2017 a dos millones de dólares norteamericanos (USD), la octava economía mundial en términos del PIB. Su inflación en estos días está en torno al 4% anual y en los últimos ocho meses la devaluación de su moneda, el real, versus el dólar es de 20%.
LA VISIÓN DE LA CEPAL… En el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe del sistema de Naciones Unidas, publicado en agosto del 2018 y titulado Estudio Económico de ALC 2018, en el capítulo sobre Brasil, puede leerse lo siguiente:
Después de dos años de recesión (2015 y 2016), durante los cuales experimentó caídas del 3,5% por año, Brasil volvió a crecer en el 2017, registrando una variación del 1,0% del PIB. Ese leve crecimiento se debió principalmente a las excelentes cosechas (13%) y al aumento de las exportaciones (5,2%).
En los primeros meses del 2018 se mantuvo en esa lenta senda de crecimiento, pero hubo dificultades para lograr que la tasa anual se aproximase al 2,0%.
Perjudicó la trayectoria esperada la huelga general de camioneros, que tuvo lugar en mayo del 2018 durante 11 días, paralizando gran parte de la circulación de mercaderías y, por consiguiente, el aumento del producto.
Aunque en junio del año en curso se recuperaron los niveles de producción y distribución, redujeron al 1,6% las estimaciones de crecimiento del PIB brasileño las pérdidas ya sufridas, las incertidumbres generadas por las próximas elecciones así como el deterioro del escenario internacional y de las exportaciones a la Argentina.
… Y LA DEL FMI. El pasado mes de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Brasil para el 2018 a 1,8% en su informe Perspectiva de la Economía Mundial (en el pasado mes de abril lo había estimado en 2,3%). Por el momento y para el 2019 mantiene su previsión en 2,9%. El FMI cita como causas de estos ajustes los efectos persistentes de la huelga de los camioneros el mes de mayo pasado así como a la incertidumbre política versus las próximas elecciones. Además y, recientemente, el contexto mundial no es favorable para países emergentes. Según el FMI, las perspectivas de aumento del PIB están más desniveladas, citando como razones el aumento en los precios del petróleo, las más altas tasas rectoras de interés en los EEUU, la escalada de la guerra comercial en el Hemisferio Norte, emprendida por Trump, y las correspondientes presiones sobre los tipos de cambio de las economías emergentes.
¿BOLSONARO vs. … LULA? El 7 de octubre será el primer turno de las elecciones presidenciales más indefinidas desde el regreso de la democracia en Brasil. Las encuestas electorales muestran diferentes escenarios, cambiando los líderes en la preferencia electoral si se incluye o no al ex presidente Lula en la contienda.
Según la Ley de la Ficha promulgada por Lula en el año 2010, ningún ciudadano puede ser candidato a cargo electoral si posee sentencia firme en segunda instancia por colegiado de jueces. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores (PT) insiste en mantener a Lula (72 años) como su candidato natural. Jair Bolsonaro (63 años), militar de la reserva brasileña, es el segundo colocado en las encuestas ante la eventual participación de Lula y primero ante la imposibilidad de este de participar en las elecciones.