“Continuamos trabajando, vuelvo a la normalidad. Vamos para adelante”, afirmó el mandatario en una atípica rueda de prensa en el interior del Hospital Vila Nova Star, poco después de recibir el alta médica tras superar una nueva obstrucción intestinal.
Bolsonaro permanecía en esa clínica privada de la capital paulista desde la madrugada del lunes, cuando interrumpió sus vacaciones para desplazarse en avión hasta São Paulo por unos dolores abdominales.
Los médicos constataron que sufría una obstrucción abdominal, le pusieron una sonda nasogástrica e inició una dieta líquida, a la que ha respondido de forma satisfactoria. Esta ha sido la segunda hospitalización del gobernante en los últimos seis meses por el mismo motivo. En julio de 2021, también pasó cuatro días ingresado y, como en esta ocasión, se curó sin pasar por el quirófano.
DIETA Y PASEOS. El doctor Antonio Luiz Macedo, jefe del equipo médico que atiende al presidente, dijo que el estado de salud de Bolsonaro es “normal” y le recetó una “dieta especial” durante una semana y “paseos”, “sin ejercicios muy intentos”.
En 2018 Bolsonaro sufrió un atentado cuando un enfermo mental dio al entonces candidato presidencial una puñalada durante un acto de campaña electoral.
Desde entonces ha pasado por cuatro cirugías en el abdomen.
El autor de ese ataque, Adélio Bispo, fue declarado inimputable por la Justicia debido a sus trastornos mentales.
Aun así, Bolsonaro volvió el miércoles a promover teorías conspirativas sobre el atentado, llegando a acusar a la izquierda, y celebró la reapertura del caso para esclarecer si Bispo actuó solo o fue auxiliado, lo que ha sido descartado por la Policía Federal en dos procedimientos previos. “No salió de su cabeza (por Bispo). Para mí no es difícil resolver el caso. Ahora bien, va a salpicar a gente importante”, insinuó, sin aportar evidencias. EFE