El ministro de Defensa israelí, Naftalí Benet, anunció ayer que mantendrá la suspensión hasta que la ANP termine con la prohibición de exportar terneros israelíes, que provocó “graves daños en el sector ganadero en Israel y el colapso de cientos de granjas en la industria”, aseguró.
La ANP impuso en octubre esta medida con el fin de fortalecer la producción doméstica y caminar hacia la “desconexión económica de la potencia ocupante”, declaró en su momento el primer ministro palestino, Mohamed Shtayeh.
Según el Ministerio de Agricultura palestino, Cisjordania y Gaza importan más de 120.000 terneros de Israel al año, y los agricultores israelíes estiman que el coste de este boicot supone unos 20 millones de euros mensuales y pone en riesgo 2.000 puestos de trabajo.
RESTRICTIVO. El Gobierno palestino inició el pasado año una serie de medidas económicas en respuesta a las presiones financieras de Israel y de EEUU para la negociación del plan de paz que, tras varios retrasos, fue presentado de forma unilateral en Washington el 28 de enero.
Las restricciones comerciales crearon temor en el sector palestino por la posible suba de precios a lo largo del 2020 y una reacción israelí como la anunciada ayer, que previsiblemente afectará a los agricultores de Cisjordania.
Las relaciones económicas entre palestinos e israelíes se rigen por los protocolos de París, un anexo a los Acuerdos de Oslo (1993-1995), el último marco negociado hasta la fecha, pero que según la ANP lastró el desarrollo de la producción industrial y agrícola de territorios palestinos.
Los Acuerdos de Oslo también definen la cooperación de seguridad entre Israel y la ANP que el presidente palestino, Mahmud Abás, amenazó con romper.
Abás informó a Israel y EEUU del fin de “todas las relaciones” como rechazo a la propuesta de paz del presidente de EEUU, Donald Trump, y advirtió de que habrá consecuencias para “ambas partes del conflicto”.
El plan de EEUU para Oriente Medio prevé la anexión de más de 130 colonias israelíes en Cisjordania ocupada, donde viven más de 400.000 colonos, así como el valle del Jordán, una zona muy fértil bajo control de Israel aunque no es parte de su territorio. Según EEUU, israelíes podrían anexar de inmediato este territorio.