El presidente de EEUU, Joe Biden, mantuvo una reunión ayer de 90 minutos con el papa Francisco en el Vaticano, durante la cual hablaron de pobreza, cambio climático, pandemia y migración, en un encuentro previo a la cumbre del G20 en Roma.
Se trató de una de las reuniones más largas que concedió el Papa a un presidente estadounidense, con el cual comparten posiciones sobre la defensa del ambiente y la lucha contra el coronavirus. “En el transcurso de sus cordiales conversaciones, se ha hablado del compromiso común con la protección y el cuidado del planeta, de la situación sanitaria y la lucha contra la pandemia del Covid-19, así como del tema de los refugiados y la asistencia a los migrantes”, precisó en un comunicado el Vaticano.
“El presidente Biden agradeció a Su Santidad por su defensa de los pobres del mundo y los que sufren hambre, conflictos y persecución. Alabó el liderazgo del papa Francisco en la lucha contra la crisis climática, así como su defensa para garantizar que la pandemia termine para todos a través del intercambio de vacunas y una recuperación económica global equitativa”, resumió por su parte en una nota la Casa Blanca.
El encuentro, particularmente largo, ya que con Barack Obama duró 52 minutos y con Donald Trump 30 minutos, era la primera cita de Biden de su apretada agenda con ocasión de la cumbre del G20 de 2 días en la capital italiana y la conferencia de Naciones Unidas COP26 sobre cambio climático en Glasgow (Reino Unido). Biden, que se reunió en 3 ocasiones como vicepresidente con el Papa, llegó acompañado por una delegación de unas 10 personas, entre ellas su esposa Jill, rigurosamente vestida de negro y con mantilla. “Muchas gracias. Es bueno estar de vuelta”, dijo Biden a uno de los funcionarios del Vaticano y luego bromeó con otro funcionario que hablaba con su esposa: “Soy el marido de Jill”, agregó. AFP