“Se ha completado una evaluación, y no tenemos información que respalde la designación de Cuba como patrocinador estatal del terrorismo”, afirmó un funcionario que pidió el anonimato duranre una rueda de prensa telemática.
Es “un gesto de buena voluntad con el fin de facilitar la liberación de las personas injustamente detenidas” en Cuba, dijo, y añadió que Biden hará un pedido oficial en este sentido al Congreso.
El Gobierno cubano anunció poco después la liberación de 553 personas “sancionadas por delitos diversos”, tras la intermediación del Vaticano.
De acuerdo con un comunicado de la Cancillería del país caribeño, el presidente, Miguel Díaz-Canel, comunicó la decisión al papa Francisco “en los primeros días de enero” después de “un análisis cuidadoso a partir de las distintas modalidades que contempla la ley”.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, afirmó que Washington actúa “en la dirección correcta”, pero se quejó de que “el bloqueo permanece”.
DECISIÓN PUEDE SER REVERTIDA. La decisión tomada por el presidente demócrata, cuando le queda menos de una semana en el cargo, puede ser revertida por el gobierno del republicano Donald Trump, que jurará el cargo el lunes. Como futuro jefe de la diplomacia el magnate ha elegido a Marco Rubio, un hijo de inmigrantes cubanos muy crítico con el gobierno castrista de Cuba.
Durante más de seis décadas, Washington ha impuesto a Cuba un embargo comercial que Trump endureció durante su primer mandato al volver a incluir a la isla en su lista negra de patrocinadores del terrorismo, una medida que obstaculiza las transacciones y las inversiones porque las empresas se exponen a sanciones estadounidenses. A su llegada a la Casa Blanca, Biden prometió revisar la política hacia Cuba, pero cambió de parecer tras las manifestaciones antigubernamentales de julio de ese mismo año en la isla, que se saldaron con un muerto y decenas de heridos, y tras las cuales cientos de manifestantes fueron encarcelados. AFP y EFE