Biden dispuso una ayuda federal para ayudar a los habitantes y municipalidades de este estado, en el oeste del país, para reparar los daños causados desde el 27 de diciembre por las violentas tormentas invernales, que provocaron inundaciones, deslizamientos de tierras y coladas de barro, según un comunicado de la Casa Blanca.
Una impresionante ola de lluvia –y nieve en las zonas de montañas– arrasó muchas zonas del estado más poblado del país, cuyos suelos ya encharcados están llegando al punto de saturación.
Se espera que hoy regrese un nuevo “río atmosférico”, es decir una franja de humedad que transporta grandes cantidades de agua de los trópicos. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió que traerá “nuevas olas de precipitaciones extremas”.
Las líneas eléctricas quedaron dañadas, y los campos y las carreteras estaban totalmente inundados.
El NWS alertó de “inundaciones desastrosas” en la región de Salinas, una importante zona agrícola al sur de San Francisco.
El gobernador de California, Gavin Newsom, advirtió a la población que todavía no están a salvo: “No se ha terminado”, dijo tras visitar a los habitantes afectados por las tormentas.
Newsom instó a los residentes a permanecer vigilantes y a continuar aplicando “el sentido común en el transcurso de las siguientes 24 a 48 horas”. Cerca de 26 millones de californianos permanecían bajo alerta de inundación.
Al menos 19 personas han muerto desde el inicio de esta serie de tormentas. Se han encontrado conductores atrapados en sus vehículos por las olas, personas lastimadas tras la caída de árboles, una pareja murió por un deslizamiento de tierra y cuerpos han sido arrastrados por las inundaciones. AFP