Un equipo de Última Hora visitó el lugar y observó que parte del techo de la hemeroteca se vio perjudicado a causa de la filtración de agua. La canaleta ya cumplió su vida útil y gran parte de las paredes presentan señales de resquebrajamiento, a consecuencia de la humedad. Esta situación es perjudicial, sobre todo para los materiales impresos que se hallan en los estantes.
Claudia Díaz, secretaria de la Dirección de la Manzana de la Rivera, confirmó que se están llevando a cabo los primeros trabajos de reparación en la biblioteca, específicamente en el techo y el área de la canaleta. La zona más afectada es la hemeroteca. Debido a los trabajos en el techo, la funcionaria explicó que es necesario realizar remociones.
A los efectos de permitir que se realicen los trabajos, se apartaron del lugar los libros que comenzaron a verse afectados por la humedad.
La magnitud del trabajo es considerable, atendiendo a que la estructura forma parte del patrimonio histórico y se requieren materiales especiales. “Estamos hablando de una canaleta patrimonial. Como para reparar el sector estamos hablando de 13 metros, pero es toda la casa, es muchísimo más”, aseguró la funcionaria.
Díaz refirió que la canaleta se encuentra “en estado no recuperable”, a pesar de los esfuerzos habituales de la institución. Resaltó que en los casos de necesidad, se recurre al personal de servicios operativos, pero a veces la falta de materiales y el involucramiento de otras áreas del Municipio causan retrasos burocráticos.
La complejidad de la situación aumenta debido a la naturaleza antigua del edificio. “Nosotros no podemos entrar como si fuera que estamos tocando algo nuevo”, refirió Díaz. Además, cualquier material utilizado debe mantener la estética histórica, atendiendo a que parte de la experiencia del lugar consiste en trasladar a los visitantes a siglos pasados.
Además de la hemeroteca, Díaz hizo referencia a otras áreas que presentan problemas. Mencionó filtraciones generales en los techos y goteras en las oficinas.
Un representante de la Unidad de Espacios, Luis Ocampos, explicó que el agua se filtra en las paredes de algunas de las casas antiguas y que si bien la biblioteca es la que “más estaba sufriendo” la filtración de agua, el daño se extiende a otros espacios.
Señaló que la humedad persiste incluso cuando no hay lluvias muy fuertes, y que la filtración constante deteriora paredes, cañerías y el sistema eléctrico.