Sortear un camino mejor es la tarea que todo conductor emprende cada vez que intenta cruzar a destino por la calle Pozo Favorito del barrio Silvio Pettirossi de la capital.
Coincidentemente, dando pie a la denominación de esta arteria, lo que abunda en ella son pozos. De todos los tamaños y colores. Algunos hoyos incluso fueron rellenos con plásticos, maderas, basuras y ramas de árboles para que los conductores puedan transitar sobre ellos.
CRÍTICO. El volante no para. Da vueltas y todo por encontrar un camino transitable, así como las trepidaciones del cuerpo.
Esas vibraciones causadas por las depresiones del empedrado, hasta el momento hizo que en más de una oportunidad los conductores se lamenten por las condiciones de la arteria.
Lo peor es que estas irregularidades en el empedrado se dan en ambas vías de circulación ya desde hace mucho tiempo, según los vecinos de las inmediaciones del Mercado Cuatro que no pierden la oportunidad de quejarse por el estado crítico de la calle.
Si bien hace dos meses se arregló el paseo central del lugar, el paisaje que se puede apreciar desde este lugar no es más que el de un acceso intransitable con baches decorativos.
Para el lugareño Miguel Giménez, lo peor es que a las calles en pésimas condiciones se les suma el agua que se pierde por negligencia de la Essap y el desagüe cloacal a cielo abierto.
“No se puede andar en auto por acá, apenas pasan los colectivos por los baches que hay”, acota.
PERJUICIOS. Pero, ¿cuándo afectan al ciudadano el mal estado de las calles? La respuesta es evidente, en el bolsillo.
El deterioro de los sistemas de suspensión del automóvil, así como la deformación de los neumáticos y fallas en la amortiguación, envió a más de un asunceno al taller mecánico en los últimos años.
Estos son sólo algunos de los problemas ocasionados por los cráteres de Asunción a los automovilistas. Por eso, los vecinos del barrio Pettirossi solicitan a las autoridades municipales que brinden una salida a la crítica situación de las arterias de la zona.