El bajo caudal de los ríos afecta a diferentes sectores de la economía y se configura como una de las principales condicionantes para la recuperación y el crecimiento del producto interno bruto (PIB) del país, sobre todo en este año, según coinciden diferentes análisis sobre las perspectivas para la actividad local.
Patricia Goto, economista de CPA Ferrere, resaltó que si bien las perspectivas económicas para el cierre de 2021 parecen tener un sesgo alcista en la actualidad, principalmente por la mejora que se está viendo en el escenario sanitario, también es cierto de que el componente climático está afectando el proceso de recuperación, lo cual se confirma a través de los últimos resultados oficiales sobre el desempeño de la economía.
“El cierre del primer trimestre, con los datos ya publicados, el PIB, nos muestra de que el crecimiento económico se dio bastante atenuado por el factor climático. Si miramos el resultado global, vemos que la economía creció con una tasa de variación de 0,6%, un porcentaje bastante tímido, pero si aislamos a sectores que están afectados por el clima, el crecimiento estuvo más cercano a 3%”, manifestó.
Añadió que si se observan los datos del Indicador Mensual de Actividad Económica del Paraguay (Imaep), resalta que la tendencia persiste y se concluye que el resultado global de la economía está siendo bastante suavizado por el factor climático. “Si miramos los primeros cinco meses del año, vemos que la economía crece en torno al 6% según el Imaep y sin estos sectores dependientes del clima, el crecimiento de la economía paraguaya está más cercano al 10%”, señaló.
perspectiva. Goto aclaró que si bien el tema climático preocupa y condiciona a aproximadamente 30% de la economía paraguaya, para el cierre de este año todavía se vaticina un incremento del PIB, pero que esta expansión probablemente será menor por la cuestión mencionada. Asimismo, consideró que la situación más preocupante se relaciona a las dificultades para el sector logístico y de comercio exterior de nuestro país. “Probablemente se concentre allí la mayor parte del impacto negativo”, señaló.
Por su parte, Eduardo Ammatuna, socio abogado de Ferrere, hizo énfasis en la necesidad de prever los recursos y trabajos necesarios para mantener la navegabilidad de los ríos. “Cuando hablamos del río no solamente hablamos del dragado, que es lo que más siempre está sobre la mesa, sino también tendríamos que estar hablando de otras cuestiones, como la señalización, el mantenimiento de las vías navegables y que eso forme parte de un plan tanto a corto plazo, para solucionar la situación que tenemos hoy, como a mediano y largo plazo como para que también haya un cierto grado de previsibilidad (...) esta es una problemática que no afecta solamente a un sector”, dijo.