Las copiosas lluvias dificultan el manejo de los cultivos y control de plagas, debido a que las maquinarias no pueden ingresar a las parcelas. Los agricultores que se arriesgan generalmente terminan atascados en el barro.
Se necesitan de al menos 24 horas sin lluvias para tratar de transitar en los sojales.
El titular de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP) en Itapúa, Marcio de Souza, explicó que en este escenario, el rendimiento podría bajar a 2.760 kilos por hectárea, que aunque es el promedio nacional, está por debajo de la experiencia que tienen los itapuenses.
En esta región la productividad alcanza o supera los 3.000 kilos por hectárea, teniendo en cuenta que está más favorecido por la humedad, pero en este caso amenaza justamente el exceso de agua.
“Aproximadamente el 70% de las plantas están con buen desarrollo y el restante 30% está regular”, dijo De Souza sobre las más de 700.000 hectáreas que Itapúa destina en cada campaña a la oleaginosa.
Es el segundo departamento con más superficie utilizada para la soja, después de Alto Paraná, que concentra más de 970.000 hectáreas agrícolas de manejo extensivo.
También es la zona con más avances en el desarrollo de las plantas, por ejemplo, el 30% de los cultivos está en etapa de llenado de granos, momento en que necesitan de luz solar para aprovechar el máximo potencial de productividad.
resiembra. El dirigente de la CAP comentó que los casos más críticos hubo daños por granizadas.
Como consecuencia se destruyeron los cultivos y se tuvieron que resembrar 8.000 hectáreas en Itapúa, algunas están en pleno crecimiento y recuperación, otras se replantaron hasta tres veces y unas pocas parcelas ya no se sembraron.
La proyección nacional apunta a más de 3,5 millones de hectáreas y 10 millones de toneladas.
El maíz de primera zafra también reporta problemas. Se estima que bajará el rendimiento porque las plantas están debilitadas por la falta de luz solar, a causa de las constantes lluvias.