Alma María Méndez de Buongermini (56) es doctora en Ciencias Jurídicas por la Universidad Católica de Asunción. Ejerció como abogada durante diez años, fue jueza de Primera Instancia en lo Laboral (1998-2012), es miembro del Tribunal de Apelación en lo Laboral y docente universitaria. Integra la terna para reemplazar al ex ministro José Raúl Torres Kirmser en la máxima instancia judicial. En esta nota, nos cuenta de sus planes y asegura que el que se considera amigo no pide lo que no corresponde.
–¿Cómo se siente por ser parte de la terna?
–Me siento contenta porque hay dos mujeres en la terna. Me parece que se les está dando espacio a las mujeres, desde ese punto de vista me siento muy contenta. Yo entiendo que es un reconocimiento integrar la terna, sobre todo teniendo en cuenta las dos personas con las que integro, la doctora Carolina Llanes, quien es no solamente una excelente profesional, sino que una excelente persona, porque la conozco personalmente; y el doctor Linneo Ynsfrán, quien es un compañero de hace mucho tiempo, a quien también conozco de tribunales, y tampoco está en discusión su solvencia intelectual y como persona. Es un honor para mí integrar esta terna con estas dos personas.
–¿Por qué quiere ser ministra de la Corte?
–Porque entiendo que puedo aportar a la Justicia paraguaya. ¿Por qué? Porque hace 21 años estoy en el Poder Judicial. Conozco sus debilidades y sus fortalezas. Conozco los problemas sistémicos que tenemos dentro del Poder Judicial y entiendo que atacando esos problemas estructurales y sistémicos vamos a combatir la mora y la corrupción, que son una consecuencia de estos problemas. Y también el hecho de que los primeros diez años de mi carrera de abogada yo los haya ejercido de manera independiente me da una visión integral del sistema de Justicia, desde adentro y desde afuera.
–¿Qué opina sobre la sesión secreta del Consejo de la Magistratura durante el proceso de selección?
–Entiendo que en este nuestro transitar ya hacia la total transparencia, es una pena que no haya sido pública, para que no haya lugar a dudas ni especulaciones, que es lo que generó esto. Pero entiendo que los miembros del Consejo lo que buscaron es precautelar la honorabilidad de los postulantes, tal vez pensando que se podrían emitir conceptos que podían herir la honorabilidad de alguna persona. Es un ensayo que todos nosotros, como sociedad, estamos haciendo hacia la transparencia total. Yo creo que de ahora en más ese tipo de situaciones ya no se van a presentar, en bien de la República, definitivamente.
–¿Qué piensa de la Justicia?
–La Justicia está en deuda con la ciudadanía, porque nuestra función es administrar justicia, resolver conflictos de manera eficiente, y, a pesar de los esfuerzos que estamos haciendo desde dentro del sistema de Justicia, no estamos logrando resultados. Tenemos que recuperar la confianza de la ciudadanía.
–¿Cuáles son sus planes en caso de ser electa?
–A grandes rasgos, y no lo digo solamente yo, lo decimos todos, tenemos dos grandes flagelos: la mora y la corrupción. Sobre todo la mora, es la consecuencia de una serie de problemas sistémicos que tenemos que combatir; en primer lugar con la reorganización y reestructuración institucional, tanto a nivel jurisdiccional como administrativo, que respondan a políticas de gestión bien planificadas. Necesitamos controles efectivos hacia los funcionarios públicos, porque tenemos controles, pero estos no están funcionando, es más, distintos niveles de control se están superponiendo. Necesitamos una ley del funcionario judicial con reglas claras para el acceso, para la promoción y para la salida del funcionario. Necesitamos la aplicación efectiva de los medios alternativos de resolución de conflicto, llámense estos conciliación, mediación, a los efectos de desagotar los espacios judiciales de aquellos problemas que se pueden resolver por estos medios, y dejar para los jueces solamente aquellos conflictos que ya no son negociables. Con esto estaríamos combatiendo el problema de la mora. En cuanto a la corrupción, se combate con la transparencia, y la transparencia se da a través de cuatro pilares: el acceso a la información, la justicia electrónica que permite tener un control de la gestión jurisdiccional, la rendición de cuenta y las audiencias públicas, porque debemos tener una comunicación fluida con la ciudadanía.
–¿Qué nos puede decir de la inamovilidad de los magistrados?
–Yo entiendo en primer lugar que los ministros de Corte, así como lo establece nuestro diseño constitucional, son también magistrados, y al ser también magistrados, al igual que los jueces de primera instancia, los jueces de paz y los camaristas, son confirmados de la misma forma, es decir, son electos y quedan inamovibles después de dos confirmaciones (...). Si realmente queremos un Estado de Derecho, en el Estado de Derecho quien manda es la ley, y si quien manda es la ley, en el Estado se necesita de un Poder Judicial independiente, caso contrario el Estado de Derecho no pasa de ser una declaración lírica.
–¿Qué piensa de los jueces que tienen políticos como amigos?
–Yo creo que el problema no es tener como amigos a políticos, el problema es cómo uno reacciona ante situaciones que puedan generarse a través de esta amistad. El juez tiene que tener la suficiente templanza como para separar claramente esos aspectos, esos dos roles. Aunque no tengo amigos políticos, mis amigos no me van a pedir nada que no corresponda, y si me pidieren algo que no corresponda es porque no son mis amigos.
–¿Cuál es su relación con el vicepresidente Hugo Velázquez?
–Ninguna. Lo conozco del ámbito jurisdiccional porque él fue fiscal en un momento, pero yo no tengo ningún relacionamiento, ni siquiera de amistad con el vicepresidente.
–¿Le debe favores a alguien?
–No, a nadie.
–¿Qué espera de los senadores?
–El martes (mañana) me citaron para una reunión con la Comisión de Asuntos Constitucionales. Voy a estar satisfecha (con lo que se resuelva). Obviamente que una se postula porque quiere acceder al cargo, pero creo que en este caso, con esta terna, yo no voy a poder decir nada si se le escoge a la doctora Carolina o al doctor Linneo, honestamente hablando. Creo que el Senado, con las últimas designaciones, está demostrando realmente que quieren que existan nuevos vientos en la Justicia. En definitiva, cuando tenemos problemas, para solucionarlos recurrimos al Poder Judicial, es allí donde nos damos cuenta de la importancia de un juez independiente. Porque hoy puedo tener un juez amigo, pero tal vez mañana ya no, y entonces allí es en donde uno se da cuenta de que a nadie le sirve sino tal vez circunstancialmente un juez amigo. A todos nos conviene una Justicia independiente, porque por lo menos vamos a tener la tranquilidad, sea cual fuese el resultado del pleito, que fue porque así entendió la persona conforme a la interpretación que hizo de la norma, y no porque torcieron su voluntad.