Al menos 45 personas murieron ayer al explotar seis bombas en áreas de mayoría chií de la capital iraquí, en un resurgimiento de la violencia sectaria que representa un revés para los esfuerzos de pacificar a Bagdad.
Al norte de la capital, dos helicópteros británicos chocaron en pleno vuelo y dos de sus ocupantes murieron, expresaron funcionarios de Gran Bretaña.
En la ciudad chií sangrada de Karbala, en tanto, las autoridades sanitarias incrementaron a 47 la cantidad de muertos de un ataque dinamitero del sábado cerca de uno de los santuarios más reverenciados de la secta y dijeron que 224 personas resultaron heridas. AP