Al menos 44 migrantes murieron en un bombardeo contra un centro de detención en la periferia de Trípoli, un ataque atribuido a las fuerzas del mariscal rebelde Jalifa Haftar, que lo desmienten, y que suscitó duras condenas internacionales y llamados a una investigación independiente.
Pero el portavoz de las fuerzas de Haftar, Ahmad al Mesmari, desmintió toda implicación en el ataque, y acusó al GNA de “fomentar un complot” para responsabilizarlos de la masacre.
El martes por la noche, un bombardeo aéreo dejó un agujero de unos tres metros de diámetro en el centro de este hangar de Tajura, en las afueras al este de Trípoli. Numerosos cuerpos yacían en el suelo del lugar.
El centro de detención acogía a alrededor de 600 migrantes, en su mayoría eritreos y sudaneses, y dos de sus cinco hangares fueron alcanzados, según el responsable del centro Nureddin al Grifi. Unos 120 migrantes se encontraban en el hangar nº 3 que fue alcanzado de lleno.
El ataque “podría claramente constituir un crimen de guerra”, dijo el enviado de la ONU en Libia.
Según un comunicado de la Misión de apoyo de la ONU a Libia (MANUL) el balance es de “al menos 44 migrantes muertos y más de 130 heridos graves.” AFP