Bautizada oficialmente como “La Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción”, es también conocida como Madre de Ciudades, corazón de la Conquista colonial, cuna del primer grito comunero de libertad en la región.
A pesar de su rica historia, su ubicación geográfica estratégica y su gran potencial como centro turístico, social, cultural y económico, la capital del Paraguay sigue padeciendo pésimas gestiones de Gobierno comunal y menosprecio por parte del Gobierno central, que impiden su pleno desarrollo y no le dejan ser la ciudad amigable, ecológica, cultural y turística, pensada a escala humana, que podría atraer y enamorar a tantos visitantes al corazón de la América del Sur.
Tras siglos de haberle dado la espalda, recién en el siglo XXI, con la habilitación de las primeras etapas de la Costanera, Asunción empezó a reconciliarse con el río Paraguay, creando mejores infraestructuras de conexión vial, pero las carencias siguen siendo numerosas.
La ciudad ha crecido en forma desordenada y caótica en las últimas décadas, lo cual deriva en un tráfico caótico y colapsado, que convierte en un verdadero suplicio ingresar o salir por sus atestadas avenidas, en especial para unas 1.500.000 personas que llegan cotidianamente a la capital desde distintas ciudades del área metropolitana, por motivos laborales o de estudio.
Asunción hoy celebra su 483 cumpleaños en medio de la crisis generada por la pandemia del Covid-19, con graves problemas ambientales, calles y plazas sucias, deficiente señalización, sin suficiente iluminación, con veredas rotas, edificios históricos en ruinas, zonas de marginalidad y pobreza, con un estado de abandono que le impide ser una ciudad amigable que permita una vida más digna para sus hijos y visitantes.
La incapacidad de los políticos consume los recursos en abultadas plantillas de funcionarios, relegando los proyectos que puedan cambiar su destino.
La Municipalidad mantiene a más de 7.000 funcionarios, muchos de ellos sin labores esenciales, incorporados por padrinazgos políticos en épocas electorales y recientemente la administración comunal se declaró en saldo rojo ante la imposibilidad de pagar los salarios, mucho menos con posibilidad de realizar obras para la ciudadanía.
El frustrado proyecto del Metrobús, que consumió millonarios recursos económicos, pretendiendo modernizar el transporte público, pero solo perjudicó a cientos de comerciantes, acabando en el mismo caos urbano de siempre, es un ejemplo del despropósito que afecta a la capital, al igual que las ciudades de su área de influencia.
A pocos años de celebrar su quinto centenario, Asunción todavía espera ser rescatada del caos, la suciedad y el abandono para ser la ciudad soñada por sus hijos.