Pese a estar cumpliendo condena entre rejas, sigue siendo una amenaza para las autoridades por sus constantes enfrentamientos con el Primer Comando de la Capital (PCC), con el que mantiene una sangrienta disputa por el control del tráfico de drogas en las cárceles del país.
Hombre de poco diálogo y amante del fútbol, es considerado como una persona pacífica en la Penitenciaría de Tacumbú, donde pasa sus días últimamente. Se lo conoce por su buen trato con los guardias y con sus compañeros internos, pero ese comportamiento de hombre bonachón y amable puede mutar en el más sanguinario personaje, capaz de idear una masacre, según los investigadores.
SUS COMIENZOS. Armando es el jefe de un clan que con el tiempo fue consolidando una estructura que hoy cuenta con miles de miembros dentro de las cárceles del país. Pero comenzó de abajo, pasando por varios vericuetos del delito.
Su primer encuentro cara a cara con la Justicia se dio en su Tobatí natal, en el año 2001, cuando contaba con tan solo 19 años. Hurto agravado y asociación criminal fueron las imputaciones que recibió y le hicieron pisar por primera vez la cárcel, lugar que se convertiría en su principal escenario para desplegar el arte del crimen.
En el 2004 volvió a caer por lesión grave y en el 2008 por robo agravado. Por entonces, la Justicia todavía no le relacionaba con el mundo de las drogas. Según afirman investigadores, Rotela se trasladó del Departamento de Cordillera hacia el Bañado Sur, en Asunción, para dedicarse al tráfico de drogas.
Comenzó con la venta de marihuana, cocaína y la misma droga, tipo crac, que comenzaba a ganar adictos.
Para el 2007, ya la Policía manejaba la información de la utilización de niños, adolescentes y otras personas para el entonces novedoso sistema de venta al menudeo, conocido como delivery.
Para ello contaba con una flota de motos en las que sus “soldados” salían a repartir dosis en locales nocturnos y una organización que ya hacía notar la diagramación de una mente criminal.
La casa en la que vivía con su familia, ubicada en Villa Colorada, Bañado Sur, también era utilizada como punto para el tráfico, según consta en la acusación realizada por el Ministerio Público.
Por entonces, Armando ya tenía una red de campanas, hombres armados que avisaban de la presencia de gente extraña en el barrio.
La Policía le fue siguiendo los pasos, cuando ya era considerado el zar del crac y manejaba a fuerza de sobornos y amenazas a los pobladores de la zona.
trato cruel. Uno de los uniformados que lo estaban vigilando, cuyos datos omitiremos en esta nota, declaró que para lograr su detención contaron con la colaboración de un desertor de la organización, a quien Rotela había torturado sacándole las uñas por no rendir cuentas de una mercadería que estaba a su cargo.
En el 2011, la Policía logró llegar hasta él y fue detenido, en su casa del Bañado Sur. Uno de los intervinientes recordó que el hombre temblaba de miedo y pedía piedad a los uniformados.
Su detención abrió el camino a otro capítulo en su historia delictiva, ya que estando tras las rejas tejió una red para seguir traficando.
INFLUYENTE. La influencia hacia los demás internos se hizo notoria cuando logró fugarse de la Penitenciaría de Misiones, el 24 de noviembre de 2012, hazaña que lo tuvo como líder e ideólogo, ganando la calle con otros ocho compañeros. Por aquella época ya tenía un grupo considerable de adeptos en los distintos centros penitenciarios para el tráfico interno de drogas.
En el 2016 fue recapturado en Itauguá, durante un operativo realizado por agentes antinarcóticos.
El 17 de marzo de este año fue condenado a 19 años de prisión más 8 años de medidas de seguridad por posesión y tráfico de drogas. En total, pasará 27 años preso.
El fiscal Ysaac Ferreira, uno de los que más lo conocen, por los años que lo investigó, lo define como un hombre sereno, pero sin escrúpulos. Es por ello que la Justicia decidió reforzar la condena con medidas de seguridad, por tratarse de un interno de alta peligrosidad.
Este es el historial delictivo del hombre considerado de los más peligrosos del país, el que enfrenta al PCC.