Cuatro presos que participaron en la masacre que dejó al menos 58 muertos en una cárcel de Altamira, en el Norte de Brasil, fueron asesinados en el interior de un autobús mientras eran transferidos a otro centro penitenciario, informaron ayer fuentes oficiales.
Un vehículo partió el martes de la cárcel de Altamira con un total de 30 reclusos, esposados y divididos en 4 compartimentos, con destino a otro penal, en la ciudad de Marabá, situada a unos 500 kilómetros de distancia.
Durante el trayecto, 4 de ellos, al parecer miembros de la facción criminal que orquestó el ataque en Altamira, fueron asesinados por asfixia, según un comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública y Defensa Social (Segup) del amazónico estado de Pará. Las autoridades solo se dieron cuenta de los crímenes al llegar a Marabá. El camión en el que fueron trasladados tenía capacidad para 40 personas, pero no estaba equipado con celdas individuales para cada uno de los internos, ya que la Gobernación no dispone de este tipo de vehículos, de acuerdo con la nota.
MINIMIZA. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, calificó ayer como “problemas que pasan” la muerte de los 4 presos que eran trasladados de la cárcel donde se registró la masacre .
El jefe de Estado comparó el asesinato de los 4 reclusos con la muerte de enfermos durante los traslados en una ambulancia. “Con seguridad debían de estar heridos, ¿no? Es como una ambulancia cuando recoge a una persona enferma, en el trayecto, puede fallecer”, afirmó Bolsonaro en declaraciones tras participar en una ceremonia en la localidad de Goiás. “Problemas que pasan, ¿correcto?”, agregó. “Pregunten a las víctimas de los que han muerto allá a ver qué piensan ellos. Después de que contesten, yo les contesto a ustedes”, declaró el mandatario. EFE