EFE, AFP y REUTERS
BUENOS AIRES - ARGENTINA
La Armada Argentina confirmó ayer la “explosión” que se detectó el 15 de noviembre pasado en la zona del océano Atlántico en la que ese mismo día se reportó por última vez el submarino ARA San Juan, con 44 tripulantes a bordo.
“Se ratifica y se confirma”, explicó el portavoz de la fuerza castrense, Enrique Balbi, a los medios en la sede central de la Armada en Buenos Aires, en las que añadió que no se descarta nada porque todavía falta por saber dónde está el submarino, para lo que está desplegado un intenso operativo de búsqueda con apoyo de diversos países.
Ya a la mañana, Balbi informó de que se registró un “evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión en la zona en la que el submarino se comunicó con su base por última vez hace 8 días”.
“Pero no tenemos todavía otro indicio, que sería el caso de detectar al submarino en tal posición o profundidad como para poder afirmar otra cosa”, añadió esta tarde el capitán.
Balbi especificó que “cuando se trata de una explosión en algo confinado sumergido se produce en realidad una implosión, que es hacia adentro, porque el casco resistente justamente evita que se rompa o se propague esa onda de choque hacia el mar”.
avería solucionada. En la comparecencia de prensa, el portavoz de la Armada fue consultado por la avería eléctrica en las baterías del barco de la que había dado cuenta el comandante de la nave el mismo día de su desaparición. “Fue un principio de avería o falla eléctrica en el compartimiento de baterías que subsanado e informado por el comandante, que con su criterio profesional siguió navegando a Mar del Plata”, continuó Balbi. En este sentido, remarcó que “ninguna unidad de la Armada zarpa o decola si no está en condiciones operativas de navegar o volar con total seguridad”, y subrayó que la antigüedad esas unidades –en este caso 32 años, con una renovación hace un lustro– “no implica su obsolescencia”.
apoyo de Rusia. El “ruido” fue detectado a 400 km de la costa y 60 km al norte de la última posición comunicada por el submarino. En esa zona se concentró la búsqueda en la que participan buques oceanográficos con sondas de barrido y aviones con detectores magnéticos a la búsqueda de una señal del ARA San Juan.
Unos 4.000 efectivos buscan al ARA San Juan en barcos y aviones de Argentina, Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Noruega, Perú, Reino Unido y Uruguay.
Rusia también comprometió su apoyo el miércoles tras una comunicación con el presidente Mauricio Macri.
Estados Unidos envió dos cápsulas de rescate submarino que arribaron al puerto sureño de Comodoro Rivadavia (1.750 km al sur de Buenos Aires) para ser utilizados para el rescate en profundidad.
El dolor y el llanto de los familiares
“Vine por primera vez a la base (naval) y me acabo de enterar que soy viuda”, dijo Jessica Gopar ahogada en lágrimas, esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino desaparecido el 15 de noviembre, tras ser informada ayer sobre una explosión ese día en el Atlántico Sur.
Fernando Santilli, electricista del San Juan, “fue mi gran amor, estuvimos 7 años de novio, 6 de casados y tenemos un hijo, Stefano, que nos costó mucho que Dios nos mandara”, relató a las puertas de la base naval de Mar del Plata, donde los familiares recibieron la noticia.
“Se murieron todos, es lo primero que pensé", dijo sobre el momento que supo de la explosión. “Yo me siento engañada, ¡cómo van a saberlo recién ahora! son unos perversos y nos manipularon”, dijo enfurecida Itatí Leguizamón, abogada y esposa de German Suarez, sonarista del San Juan, al salir de la base naval. “No nos dijeron que están muertos, pero dicen que el submarino está a 3.000 metros (de profundidad) ¿qué se puede entender?” dijo.
Con tecnología de punta, EEUU ayuda a buscar submarino
A mitad de la travesía de siete horas sobre el Atlántico Sur en busca del submarino argentino desaparecido, el P-8A Poseidon de la Marina estadounidense cambia súbitamente de curso, acelera y desciende a 150 metros sobre el mar.
El comandante de la misión, Zachary Collver, de 32 años, informa a los otros ocho miembros de la tripulación que una imagen satelital detectó “algo” en el mar argentino, en la zona donde el submarino ARA San Juan emitió su última señal el miércoles 15 de noviembre, antes de desaparecer con sus 44 tripulantes, según un testigo a bordo del avión.
Todos en el P-8A Poseidon deben ponerse chalecos salvavidas mientras dos miembros de la tripulación se acercan a las ventanas laterales que funcionan como puntos de observación. “Es gratificante saber que podemos ayudar”, señaló Collver, que participa por primera vez en un operativo real de búsqueda. “Es genial poder utilizar todo lo que tenemos, todo el entrenamiento, el equipo que tenemos, para venir aquí a Argentina a ayudar”. Entre la moderna tecnología con la que cuenta el Boeing 737 reformado de la Marina estadounidense, pueden verse sus radares para localizar objetos en la superficie del agua, una potente cámara capaz de captar imágenes en 360 grados y sonoboyas para detectar cuerpos a escasa profundidad.
reuters