El canciller brasileño, Ernesto Araújo, volvió a poner en duda ayer el impacto del calentamiento global y afirmó que esa teoría puede ser usada para construir una imagen negativa de la agricultura del país.
El ministro, que ya había expresado sus recelos con relación a la verdadera incidencia de ese fenómeno sobre el planeta, insistió ante la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados en que existen opiniones diferentes sobre ese asunto, aunque prima una tendencia global a ir en un sentido de un cierto alarmismo. Según dijo Araújo, existe una discusión científica que muchas veces no aparece en la gran prensa mundial y muchos investigadores contestan la vinculación entre las emisiones de gases contaminantes y el aumento de la temperatura del planeta.
También se mostró convencido de que a veces hay una manipulación y una utilización política de esa alarma, de la que algunos países se valen para decir que la agricultura brasileña está destruyendo el planeta, pese a que su desarrollo en la Amazonía es totalmente sustentable. El canciller consideró que el temor al calentamiento global fue lo que generó el Acuerdo de París contra el cambio climático, del que Brasil forma parte, a pesar de que el presidente Jair Bolsonaro llegó a barajar un posible abandono. EFE