Lo que en principio se planteaba como una apertura gradual en el contexto de la pandemia del Covid-19, con una serie de estrictos protocolos, un limitado número de turistas que podrían ingresar en horarios restringidos y un cordón sanitario que iba a abarcar solo unas pocas cuadras del microcentro de la capital altoparanaense, finalmente se extenderá prácticamente sin barreras geográficas también a otras ciudades, aunque se mantiene que el cruce fronterizo sea de 05:00 a 14:00 para el paso fluido de ambos lados y hasta las 18:00 para el retorno a su país de origen.
Aunque aún faltan conocer más detalles de cómo se aplicará la medida, la directora de Migraciones, Ángeles Arriola, anunció que el ingreso de personas por el Puente de la Amistad, el principal punto migratorio con el país, será libre y los turistas podrán trasladarse hasta Hernandarias, Presidente Franco y otras ciudades de la zona de Tres Fronteras, según explicó Arriola, aunque no podrán traspasar más de 30 kilómetros desde la frontera y llegar hasta otros departamentos del país. El viceministro de Salud, Julio Rolón, explicó que “Ciudad del Este va a ser el modelo” que luego seguirían Pedro Juan Caballero y Salto del Guairá, las otras dos localidades más importantes que hacen frontera con Brasil.
La fecha que se maneja como más probable para el inicio de la apertura es el próximo martes 29 de setiembre, aunque algunas autoridades locales, como el intendente municipal Miguel Prieto, anunciaron que la habilitación podría darse ya este sábado 26, que es la fecha límite establecida por el Gobierno de Brasil para mantener clausurado este punto fronterizo. Todo dependerá de los ajustes que establezcan el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, y su par brasileño, Jair Bolsonaro.
La polémica disposición implica un alto riesgo para la salud pública, pero es entendible ante la grave crisis que viene golpeando especialmente a las localidades fronterizas desde que se inició la crisis del coronavirus y se implementó la cuarentena, desde la primera quincena de marzo pasado. Para miles de comerciantes y trabajadores que dependen casi exclusivamente de la afluencia de los compradores extranjeros, principalmente brasileños, mantener el aislamiento es condenar a gran parte de la población a la asfixia económica.
Sin embargo, no se puede desconocer el gran peligro que implica la afluencia masiva de personas desde el Brasil, uno de los países con más alto nivel de contagio y más alto número de fallecimientos por Covid-19 en el mundo.
El paso que ha dado el Gobierno exige, por otra parte, una gran responsabilidad ciudadana, de los empresarios y de las autoridades regionales, para que las medidas de protección sanitaria puedan aplicarse debidamente y se puedan minimizar las posibilidades de mayor contagio con la pandemia del Covid-19. Cuidarse a sí mismo es cuidar a los demás.