El promedio normal de precipitaciones registradas en Asunción se acerca a los 450 milímetros. Este valor se denomina normal atendiendo a un periodo de precipitación de 30 años, de acuerdo con Salinas. “Es un número que indica un valor promedio”, explicó. “Y lo que nosotros estamos esperando es que llueva por debajo de 365 milímetros”.
Reiteró que habría lluvias, pero con un déficit marcado, insuficientes para paliar la situación de sequía que afecta al río Paraguay y los acuíferos que se utilizan para distribuir el agua a la población.
Aseguró que el río se encuentra en una “situación extrema” y que las precipitaciones no serán suficientes “para poder recuperar su caudal normal”. “La expectativa de una inundación es baja o nula”, añadió. “Lo ideal para que el río recupere su nivel es que empiece a llover en el Pantanal, en la cuenca alta del río Paraguay”.
ALTAS TEMPERATURAS. Las temperaturas máximas esperadas durante el último trimestre del año pueden alcanzar o superar los 32 grados, conforme a los datos proveídos por el profesional. “Esperamos un verano caluroso. Las temperaturas podrían estar por encima de lo que normalmente ocurre en el trimestre. Puntualmente podríamos tener periodos cortos muy cercanos a valores que estén asociados a olas de calor, incluso”.
Según indicó el director de Meteorología, Eduardo Mingo, se esperan días calurosos, con lluvias dispersas y ocasionales tormentas eléctricas para lo que resta de la semana.
INFORME. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un comunicado en el que reportó que los flujos fluviales han sido muy inferiores a los normales en los últimos cinco años. Según el informe “Estado de los Recursos Hídricos Mundiales”, “esta situación reduce la cantidad de agua disponible para las comunidades, la agricultura y los ecosistemas, lo que ejerce una mayor presión sobre el abastecimiento mundial de agua”.
“A raíz del aumento de las temperaturas, el ciclo hidrológico se ha acelerado. También se ha vuelto más irregular e impredecible, y nos enfrentamos a problemas crecientes de exceso o escasez de agua. Una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que favorece las precipitaciones intensas. La evaporación más rápida y la desecación de los suelos empeoran las condiciones de sequía”, afirmó Celeste Saulo, secretaria general de la OMM.
El informe también indica que el sur de América Central, Argentina, Uruguay, Perú y Brasil se vieron afectados por una sequía generalizada.