Todas las camas de terapia intensiva, tanto en el sector público como privado, permanecen ocupadas y muchos pacientes graves aguardan en sillones en los pasillos hasta que se libere un lugar. El Círculo Paraguayo de Médicos informó que el 90% de las personas que fallecieron en las últimas semanas no alcanzaron a obtener un sitio de internación en terapia intensiva y murieron durante la espera.
A este cuadro debe sumarse la situación de desgaste y cansancio que sufren los médicos y trabajadores de salud, muchos de ellos también fallecidos por exponerse ante el virus en primera línea.
El proceso de vacunación avanza con cuentagotas. El Paraguay sigue siendo uno de los países que menos dosis han logrado obtener, debido a la deficiente gestión gubernamental, aunque la llegada de las primeras partidas y el inicio de las aplicaciones a los adultos mayores de 85 años –aún con los bochornosos escándalos de los vacunados vip en el Alto Paraná– han logrado mejorar notoriamente el humor social, marcando un proceso que se debe continuar de manera decisiva.
Ante esta situación no queda otra que insistir en las medidas de cuidados sanitarios de la población, en busca de frenar la ola de contagios, tratando de descomprimir la saturación de los hospitales.
Cada ciudadano y ciudadana debe adquirir plena conciencia de que solo un comportamiento responsable ayudará a este proceso.
Ante la situación de caos sanitario que estamos viviendo, lo más recomendable es quedarse en casa lo más posible, evitar las reuniones sociales y situaciones de aglomeración de personas, decir no a las fiestas clandestinas y a los partidos de fútbol en el barrio, a los cumpleaños y casamientos con muchos invitados, no olvidar usar tapabocas, lavarse las manos en forma continua, desinfectar el entorno, guardar distanciamiento físico, trabajar en lo posible desde casa, son las acciones que permiten no transmitir aún más el virus a nivel comunitario.
Sostener las valiosas cadenas de solidaridad para ayudar a los pacientes y sus familiares, acampados precariamente frente a los hospitales y centros asistenciales, sigue siendo una valiosa e importante manera de involucrarse y contribuir a salvar vidas. Es una red social fundamental que no debe apagarse.
Entre tanto, el Gobierno debe redoblar acciones para proveer medicamentos esenciales sin mucha burocracia y, principalmente, insistir en las gestiones para conseguir más vacunas en la mayor brevedad posible.
Cuidarse cada uno y cuidarnos entre todos es la mejor opción para ayudar a salir de la crisis que sigue causando dolor en muchos hogares y sigue afectando en gran medida las posibilidades de reactivación económica.