AFP
BRASILIA
El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro negó este martes cualquier participación en un intento de golpe de Estado y afirmó que solo evaluó “dispositivos constitucionales” tras su derrota electoral frente a Lula en 2022, al ser interrogado en un juicio histórico en la corte suprema.
Bolsonaro, de 70 años, es señalado por la Fiscalía de liderar una “organización criminal” para invalidar los resultados de los comicios de ese año e impedir la asunción del izquierdista Lula da Silva.
El ex mandatario (2019-2022) y siete ex colaboradores podrían ser condenados a penas de hasta 40 años de prisión por los delitos de intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho y golpe de Estado.
Según la Fiscalía, la trama golpista no se llevó a cabo por la oposición de altos mandos militares.
Interrogado sobre la veracidad de la acusación, respondió: “No procede, excelencia”, dijo junto a un ejemplar de la Constitución que se trajo para el interrogatorio.
MEDIDAS EXCEPCIONALES. Bolsonaro afirmó que consideró tomar medidas excepcionales durante las últimas semanas de su gobierno para contener manifestaciones de sus seguidores tras el revés electoral en 2022, pero negó haber estado involucrado en una “minuta de golpe”, como afirma la investigación.
“Nunca se habló de golpe, golpe es una cosa abominable”, dijo el líder político.
También negó haber tenido conocimiento de un supuesto plan para matar a Lula, con el que los fiscales también lo vinculan.
El imputado fue cuestionado durante dos horas por el juez Alexandre de Moraes, a quien el bolsonarismo considera un enemigo político.
Los interrogatorios empezaron el lunes en Brasilia.
DOCUMENTO. El primero en subir al estrado fue la ex mano derecha de Bolsonaro, Mauro Cid, quien aseguró que el exmandatario “recibió y leyó” un documento que preveía implementar un “estado de sitio” con la “prisión de autoridades” y la creación de un “consejo electoral” para volver a celebrar los comicios.
Bolsonaro lo negó: “No teníamos una base mínimamente sólida para hacer alguna cosa”. “Era una conversación informal para ver si existía alguna hipótesis de un dispositivo constitucional”.
Tras esta etapa, la corte aún podría escuchar nuevos testigos, además de los argumentos finales de las partes, antes de que los magistrados empiecen la votación.