29 mar. 2024

Antagonismo complementario

El tema no está solo en cómo detener la pandemia del coronavirus, que sigue en auge. Tampoco en cómo reactivar la economía, que ya está cayendo. Los partidarios de no bajar la guardia en la estrategia contra la pandemia tienen razón y prioridad. Los de reactivar la economía también las tienen. No es solo entonces combatir el virus. Tampoco es solo reencauzar la economía. Los que están a favor de una política pública (la antivirus) y los de la otra (el crecimiento económico) tienen razón. Ambos la tienen y simultáneamente. Son políticas públicas de objetivos, estrategias e instrumentos contrapuestos en apariencia y en realidad. Pero son, asimismo, complementarios.

CONTRA PANDEMIA Y RECESIÓN. Vale decir que tenemos que detener tanto la diseminación de la pandemia como propulsar la reactivación de la economía. En otras palabras, es tan importante la salud individual como el puesto de trabajo así como tan irrenunciable la solidez del sistema sanitario como la rentabilidad de las empresas, grandes y pequeñas.

FORTALECER EL SISTEMA SANITARIO. Eso pasa primero y ahora mismo por el aumento exponencial de los testeos o testings o controles médicos a los potenciales infectados y portadores sanos del virus. Por otro lado, también hay que dotar a todos los sanatorios, hospitales y demás instalaciones sanitarias de todos los aparatos médicos (respiradores, ventiladores, maquinarias, motores y dispositivos protectores de la salud). Y simultáneamente hay que mejorar el equipamiento del personal médico y paramédico, que es el que más está expuesto al contagio del virus, atendiendo a los infestados. En los países industriales de economía de mercado, como Alemania, EEUU, Francia, Gran Bretaña y Japón (puestos aquí en mero orden alfabético y sin olvidar a los demás; se cita solo a los económicamente más poderosos) el traje protector de médicos y enfermeros en la atención a los pacientes virósicos se parece más a un equipo de astronauta, descendiendo en la Luna, que al personal vestido de blanco en nuestros sanatorios, atendiéndolos.

AUMENTAR TESTEO Y MEJORAR EQUIPOS. En la estrategia y táctica que han puesto en práctica los sectores público y privado de nuestro país puede verse déficit en la cuantificación de datos veraces (probablemente el número de infectados sea sustancialmente mayor), en el reducido testeo que se hace a los potenciales infectados así como en el escaso equipamiento adecuado, tanto en lo que tiene que ver con los aparatos protectores de la salud como en el uniforme o vestimenta del personal de blanco.

MANTENER la ECONOMÍA EN FUNCIONAMIENTO. En el segundo caso, el de la reactivación económica, hay que prestar atención a que no se abandone el estudio y la aplicación de estrategias y tácticas, también para mantener a la economía en movimiento, evitando en lo posible una caída estrepitosa de la inversión, de la producción y distribución así como del consumo, local e internacional vía comercio exterior.

COMBINAR AMBAS POLÍTICAS PÚBLICAS. En esta perspectiva, va a ser necesario echar mano de profesionales de políticas públicas que sepan combinar una (la antivirus) con la otra (la reactivación). Son contradictorias entre sí, pero no incompatibles. Se puede reducir la amenaza de una así como la de la otra, haciendo una buena calibración de lo necesario y de lo innecesario, así como de lo urgente como de lo importante. Esto es posible. Si no se cree en ello, basta con fijarse en el éxito relativo en la combinación de ambas políticas públicas en Alemania, Corea del Sur y Japón. Es cierto que son civilizaciones de miles y miles de años de cultura y de experimentación con pestes de diversos tipos, con guerras fratricidas y conflagraciones regionales y mundiales así como con disciplina y mentalidad nada comparables con las nuestras. No obstante, algunas cosas sí pueden ser aplicadas también en nuestros países iberoamericanos, viendo, por supuesto, que las diferencias de mentalidad entre los paralelos norte y sur del globo terráqueo se mantengan controlables.

Ambas políticas públicas, prosalud y proeconomía, son compatibles entre sí. La salud es lo más importante y merece prioridad. Pero también es obvio que una reactivación económica sólida también es saludable para todos.

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