El acercamiento entre Mario Abdo y Horacio Cartes, después de la interna colorada, debe llevarnos a la pregunta: ¿Cuál será la línea del Partido Colorado? Aparentemente, la línea neoliberal de Cartes sufrió una seria derrota con la victoria de Abdo; de hecho, algunos hombres y proyectos cartistas han sido relegados, pero ¿es eso un cambio de línea? La línea es la que ha marcado un libro titulado Plan Nacional de Desarrollo: Paraguay 2030, que se puede leer en internet, y que no ha merecido la suficiente atención.
En el libro se dice que el país debe seguir en el agronegocio, para aumentar sus exportaciones de carne, soja y otros productos al mercado internacional.
Es lo que ha hecho en los últimos años y que quiere seguir haciendo hasta el año 2030. Para seguir ese programa, Cartes quiso reelegirse y cambiar la Constitución; cuando le quitaron la posibilidad de un segundo periodo, buscó el continuismo a través de su equipo. Cuando no pudo imponer a su equipo, se pensó que el proyecto neoliberal cartista había fracasado, pero sigue en pie, en parte porque no existe conciencia del problema.
El problema es que el país funciona con piloto automático. El Plan Nacional de Desarrollo no lo escribió Cartes, sino los funcionarios de Usaid, Banco Mundial, BID, FMI; un equipo supuestamente técnico, apolítico, sin ideología. Desde luego, allí hay ideología, allí hay política y, en cuanto a los técnicos, los señores ignoran lo que es el cambio climático, una realidad aceptada por la casi totalidad de los científicos; los que no lo aceptan son los científicos asalariados, como los que dijeron que el agente naranja no era tóxico.
No se puede seguir depredando más el medioambiente, como lo depreda el agronegocio; esto no es sostenible ni deseable. El Plan Nacional habla de desarrollo sostenible y de conciencia social, porque tiene que dorar la píldora. Es muy posible que, sin darse cuenta, los futuros gobiernos paraguayos, colorados, liberales lo que sea, sigan el libreto al pie de letra.
Por ejemplo, ¿qué va a pasar con la destrucción del río Paraguay para la hidrovía? Eso ya está decidido, y se maneja como el bombardero norteamericano invisible. Hecha la hidrovía, viene la historia del peaje, en que intervendrá una APP, y que será un negocio redondo para ciertas personas. Conste que Adam Smith, en La riqueza de las naciones, tenía sus dudas sobre las ventajas de dejar en manos de empresas privadas el manejo y el peaje de las vías de comunicación. ¿El acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, y ese otro acuerdo llamado TISA, por sus siglas en inglés?
En caso de cuernos, el último en enterarse es el marido engañado; en caso de acuerdos firmados, el último en enterarse es el canciller.
Los agrotóxicos seguirán entrando sin control de calidad ni cantidad... Salvo que exista una conciencia y un debate nacional sobre las cuestiones que realmente nos conciernen, más allá de lo estrictamente partidario.
