De los municipios intervenidos, la mayoría en el sureste del país, 24 estaban regidos por alcaldes de partidos kurdos, a los que se acusa de estar relacionados con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
En otras cuatro localidades, tres regidas por el gubernamental AKP y otra por el nacionalista MHP, Interior sospecha de contactos con la red de Gülen, a la que el Gobierno acusa de organizar el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio.
Esta medida ha sido dictada por decreto gracias a los poderes especiales que el Gobierno ejerce dentro del Estado de emergencia impuesto en el país el pasado 21 de julio tras la asonada golpista.
Doce de los regidores han sido detenidos y la Policía ha extremado las medidas de seguridad en los edificios municipales en los que los administradores han comenzado hoy su trabajo.
El partido pro kurdo HDP, tercero del Parlamento, ha criticado esta intervención y ha asegurado que no la aceptará.
Los administradores nombrados por el Ejecutivo central dirigirán esos municipios hasta que Interior tome otra decisión o se celebren elecciones locales.
Se espera una fuerte reacción a esta medida en el sureste del país, donde están la mayoría de municipios intervenidos y donde se concentra la minoría kurda de Turquía.
Internet ha dejado de funcionar en 15 provincias del sureste, sin que haya habido hasta ahora explicaciones oficiales sobre esa interrupción.