El Hogar San Francisco de la Villa Policial de Luque está impregnado de un penetrante olor a orina, humedad y tabaco, pese a que los más ancianos usan pañales permanecen días sin ser cambiados. Las cucarachas salen disparadas de entre los colchones y las sábanas hediondas. Muchos de los abuelos ya no ven ni escuchan y la visita inesperada pasa desapercibida.
El estado en que viven los internos del hogar fue denunciado ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados por parte de vecinos y algunas personas que visitan esporádicamente el hogar.
Para constatar la veracidad de la denuncia, la diputada Olga Ferreira junto al concejal municipal de Luque José Luis Ibáñez realizaron una intervención del hogar donde vieron las condiciones insalubres en que viven los ancianos, en su mayoría recogidos de la vía pública y que han perdido contacto con sus familiares.
Las miradas perdidas de los abuelos denotan un abandono total, al igual que cada dependencia del lugar.
Cincuenta y cuatro son los abuelos y abuelas que pasan sus días en la suciedad y la indiferencia. Los maltratos físicos y verbales también fueron relatados por los afectados.
Con cierto temor, don Vicente Peña contó que lo golpearon mientras mostraba una marca en el ojo derecho, pero no aseguró quien lo golpeó.
“Los encargados dicen que entre ellos se pelean, pero sus compañeros de cuarto son ciegos y no caminan”, contó Aurea Báez, estudiante del 2º año de Técnico en Salud del Colegio Héroes de la Patria.
Ante la insistencia de la prensa, un grupo de estudiantes –que realiza su pasantía en el hogar– contó en detalles la triste estadía de los ancianos.
“Si nosotros no venimos ellos no se bañan y permanecen días con la misma ropa, la comida es cualquier cosa”, aseguró Aurea.
Resignada contó que fueron advertidos por los encargados del lugar para no hablar sobre los detalles. “Con esto ya veo que perdimos nuestra pasantía, veremos otro lugar donde trabajar”, comentó.
DENUNCIAS. Carlos Orrego también se animó y dijo que: “Nosotros traemos insecticidas, galletitas, caramelos y lo más imprescindible para limpiar el lugar porque está muy sucio”.
Otros jóvenes agregaron que en la parte de arriba no se limpia nunca y que en el depósito tienen guardados los colchones nuevos y frazadas, mientras que en la planta baja “ni se cambian las sábanas”, apuntaron.
Al subir al segundo piso las cucarachas salían de entre los colchones y se instalaban en el baño. En eso don Enrique Ortiz se levantó y mostró su torso y las piernas llenas de ronchas.
El comisario Óscar Cáceres, encargado del lugar, explicó sin mucha convicción que se manejan con donaciones de organizaciones y de la Policía Nacional. Aseguró que son dos los médicos que constantemente atienden a los internados, sin embargo, ninguno se encontraba en el lugar. Los estudiantes indicaron que incluso ellos deben llevar los guantes y los elementos que utilizan en el hogar.
Informe a DDHH
Luego del recorrido, la diputada Ferreira manifestó que elevará el informe a la Comisión de Derechos Humanos y convocará “inmediatamente” al comandante de la Policía Fidel Isasa. “Es evidente que todo lo que depende de la Policía no funciona y si este lugar que se puede controlar con menos de 50 personas tampoco funciona, entonces tenemos que replantearnos qué es lo que está pasando”, indicó.
“Evidentemente esto se debe cerrar y llevarlos a otro lugar”, agregó.
El comisario Óscar Cáceres, encargado del lugar explicó que las quejas se deben más a la edad de los abuelos. “Ellos son criaturas otra vez y por eso cualquier cosa les molesta”, manifestó. Sobre el estado de insalubridad, aseguró que las 24 horas se realiza una limpieza de todas las dependencias del lugar. Serían 8 las personas encargadas de la limpieza, entre ellos funcionarios de la Policía, mientras que la encargada de la lavandería es una persona voluntaria.