19 abr. 2024

Analistas ven poco factible la idea de una moneda común en la región

Divergencias entre las realidades económicas de los países de la región hacen que idea de crear una moneda común sea de muy difícil aplicación, al menos en la actualidad, según economistas.

En los últimos días, la noticia de que Brasil y Argentina, los países más grandes del Mercado Común del Sur (Mercosur), están explorando la posibilidad de establecer una moneda común para la región generó numerosas reacciones, debido a las implicancias que tendría el establecimiento formal de la nueva divisa (que tendría la denominación de Sur), con la cual las naciones citadas pretenden “reducir costos operativos” y la “vulnerabilidad externa” relacionada particularmente al cambio con el dólar de EEUU.

En Paraguay, analistas consultados por Última Hora coincidieron en que la creación de la nueva moneda común es una opción compleja, como mínimo, y que requeriría –entre otros puntos– cierta paridad en los principales indicadores macroeconómicos de los países partícipes, lo cual es un requisito que no se cumple en la actualidad.

Al respecto, César Barreto, ex ministro de Hacienda, sostuvo que la decisión de adoptar una moneda común es “absolutamente inviable” para el Mercosur. “No tenemos las condiciones básicas para que la misma tenga éxito, credibilidad y sea efectivamente utilizada. Lo prioritario hoy es profundizar la integración comercial, eliminar las barreras internas que aún persisten en el comercio intra-Mercosur; una convergencia en las políticas macroeconómicas de los países; y avanzar en la libre circulación de personas y capitales; etcétera”, señaló.

Recién una vez que estos procesos se completen se podría evaluar la conveniencia de una moneda común entre los países del bloque regional, señaló. “O sea, estamos muy lejos de ello como para incluso hablar del tema”, dijo.

En una línea similar se expresó Carlos Carvallo, ex miembro del Directorio del Banco Central del Paraguay (BCP), quien agregó que la generación de una moneda única no puede derivarse de la simple voluntad política, sino que requiere de otros factores para que funcione, como la existencia previa de una fuerte institucionalidad económica en los países comprometidos en un proyecto de esta naturaleza, en un proceso similar al ocurrido con la Unión Europea. “Básicamente requiere de acuerdos muy firmes de disciplina fiscal y monetaria, los países tienen que comprometerse con indicadores de cumplimiento macroeconómico, con metas para déficit fiscal, la inflación, la deuda externa, etcétera, y tienen que construir a nivel regional digamos el enforcement (aplicación) necesario que garantice el cumplimiento de esos acuerdos”, expresó.

Señal. Por su parte, Rubén Ramírez Lezcano, ex canciller nacional, indicó que una moneda común dentro del Mercosur implica necesariamente el cumplimiento de los artículos 1 y 2 del Tratado de Asunción, que se refiere a la circulación de bienes, personas y servicios, así como la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales, pero que las divergencias económicas de los países miembros vuelven “harto complejo” el tema.

“Existen variables absolutamente divergentes en materia macroeconómica entre los países, hablemos de la inflación, de la proyección de crecimiento, de la estabilidad en la política cambiaria, entre otros factores (...) Solamente eso implica un desafío importantísimo para una moneda común (dentro del Mercado Común del Sur)”, indicó. No obstante, habló de una “señal positiva” que guarda relación con las charlas originadas bajo la óptica de la integración regional.

La Cifra

80 años de existencia cumple en el 2023 el guaraní, que se configura como una de las monedas más antiguas de la región.

“Objetivamente, condiciones no están dadas”

Humberto Colmán, miembro del Directorio del Banco Central del Paraguay (BCP), también se refirió en la víspera a la idea de la creación de una moneda común en el Mercado Común del Sur (Mercosur) y señaló que, según su criterio, las condiciones económicas para que esta idea se concrete “objetivamente no están dadas” por el momento.

“La moneda única para un grupo de países requiere de choques simétricos y alta correlación de sus economías; un alto intercambio comercial; similares políticas económicas y flexibilidad del mercado laboral. (La mayoría de) los criterios implican una libre movilidad de bienes, servicios y factores. Si se busca establecer compromisos creíbles para avanzar hacia una mayor integración, primero se debería garantizar la libre movilidad efectiva”, comentó.

Agregó que el planteamiento también requiere utilizar más el sistema de pagos en moneda local (SML) con la compensación a través de los bancos centrales, empezar de vuelta a coordinar metas, seguidamente coordinar políticas y así avanzar hacia una convergencia de los regímenes de políticas macro, entre otros aspectos vistos como claves.

“Para ese compromiso se requieren reformas para ordenar las finanzas públicas, resolver el financiamiento del déficit y atender los desafíos fiscales pospandemia, lo que sería importante para reducir el eventual riesgo de dominancia fiscal (...). Hoy en día se mantienen divergencias significativas entre las políticas fiscales, monetarias y cambiarias, así como en la institucionalidad monetaria, lo que hace poco probable la coordinación de políticas y menos aún una moneda única en el corto plazo”, indicó Colmán, haciendo alusión a estudios realizados sobre la materia.

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