La escalada de tensiones durante entre los exaliados en torno a la voluntad del Reino Unido de revisar parcialmente el acuerdo ya firmado de su salida de la UE corre el riesgo de complicar las discusiones previstas para la semana próxima en Bruselas para alcanzar un acuerdo comercial y evitar un “no acuerdo” de alto riesgo a partir del 1 de enero de 2021.
El sábado, Boris Johnson imputó a Bruselas el origen de su controversia, al decir que se había visto obligado a dar marcha atrás en parte en cuanto a sus compromisos, ante la “amenaza” de que la UE imponga un “bloqueo alimentario” en Irlanda del Norte.
“Simplemente, este no es el caso”, reaccionó el domingo la ministra de Justicia irlandesa, Helen McEntee, “cualquier insinuación según la cual se crearía una nueva frontera es absoluta y simplemente falsa”, afirmó.
El ministro de Relaciones Exteriores irlandés, Simon Coveney, también refutó las advertencias británicas, subrayando que la actitud del gobierno “atenta contra la reputación del Reino Unido en tanto socio de confianza”. Y, afirmando además que se trata “de un engaño, no de la verdad (...)”.
En el origen de esta disputa hay un proyecto de ley que el gobierno británico presentó al Parlamento el miércoles pasado, que contradice en parte el acuerdo ya firmado sobre el marco de la salida del Reino Unido de la UE, una medida que viola al derecho internacional, algo que admite el propio Boris Johnson. AFP