La descoordinación y falta de diálogo al interior del gobierno fue nuevamente la nota que marcó la noticia y no tanto la reforma anunciada. Al final, el intento quedó en la nada y pareciera que todo queda igual, lo peor es que tampoco podemos contar con que habrá mejoras en las coberturas.
El programa de Alimentación Escolar del Paraguay (PAEP) es una de las iniciativas más importantes que tiene el país para contribuir a la calidad de vida de la niñez en el corto y largo plazo.
Como es bien sabido, nuestro país tiene altos niveles de inflación del costo de los alimentos desde hace más de una década, a eso se agregan los bajos niveles de ingresos de los hogares que se están traduciendo en el deterioro de la canasta de los alimentos consumidos en los hogares.
Los datos oficiales muestran que una de las consecuencias de esta situación ha sido el deterioro de los indicadores de salud nutricional, en la que se hace evidente, según los datos, un empeoramiento en 2020. En la niñez de 0 a 5 años el riesgo de desnutrición pasó de 17,4% a 21,3% y la desnutrición de 4,8% a 5,7%.
La obesidad y el sobrepeso también muestran incrementos. Esto debería estar siendo una prioridad para las políticas de Estado.
Una parte importante de los alimentos consumidos son ultraprocesados. El consumo de este tipo de alimentos está relacionado con la obesidad y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso cáncer.
La falta de salud nutricional tiene importantes consecuencias en muchos ámbitos de la calidad de vida. En los primeros 1.000 días impide el desarrollo infantil temprano y en los siguientes años conduce a dificultades en el aprendizaje y en la prevalencia temprana de enfermedades crónicas que luego en la adultez reducen la productividad. La calidad de vida y la autonomía en la vejez se relacionan de manera directa con la nutrición a lo largo de la vida.
Para cualquier política pública, la prevención siempre es más eficiente y de mayor impacto. En este caso, una política pública que garantice el acceso a alimentos sanos constituye la mejor intervención en salud, educación, protección social y trabajo. Es fundamental que las autoridades comprendan la relevancia del reciente informe e implementen acciones urgentes para revertir la situación y cambiar la trayectoria de todos estos indicadores.
La provisión de alimentos en la escuela en un contexto de altos niveles de pobreza y vulnerabilidad infantil contribuye a la permanencia en la escuela y al logro de los aprendizajes, además de ayudar a los hogares a equilibrar su presupuesto, ya que el gasto de bolsillo en educación y salud es uno de los más altos en la región.
Pero más allá de contribuir a la reducción del hambre, el programa tiene un importante componente de educación nutricional necesario para que desde las edades tempranas los niños y niñas aprendan a alimentarse sanamente. Un tercer componente es el vínculo con la agricultura familiar. La provisión del almuerzo escolar es un dinamizador del sector productor de frutas, vegetales, legumbres, maní, entre otros, cuando se logra integrar el programa de almuerzo escolar a la política de fomento a la agricultura familiar. Esto no beneficia solo a las fincas productoras, sino también a los hogares urbanos que se ven beneficiados con la oferta de alimentos a precios adecuados.
A pesar de la relevancia del almuerzo escolar, las luchas entre políticos y la corrupción han sido más fuertes y el debate quedó marginado.
El status quo de la vieja política prevaleció una vez más, y los grandes perdedores fueron los niños paraguayos nuevamente.