El empresario naviero Guillermo Ehrecke apuntó que el estiaje de los ríos Paraguay y Paraná está complicando la navegación. Dijo que el pronóstico para los próximos meses es pésimo y, si no se producen grandes lluvias, no se podría descartar un colapso.
Apuntó que, en este momento, la situación para su sector es manejable, a partir de que el volumen de granos que queda para transportar no es grande. “Está asumido más o menos el tema y cómo vamos a tener que sufrir un poco”, recalcó.
Ehrecke añadió que lo más complicado, por ahora, está hacia el norte del río Paraguay con las cargas del mineral de hierro que se traen y están viniendo solo al cincuenta por ciento.
En cuanto al río Paraná, apuntó que ya no se puede navegar más y se están sacando los productos por tierra para llegar hasta Pilar o Villeta, donde se carga y van por el río Paraguay. Estimó que habrá un millón de toneladas de granos que se deben transportar.
Comentó que también hay otros productos afectados que vienen en contenedores. “Hay demoras de hasta treinta días de cargas en contenedores. Siguen los problemas de bodegas. Los contenedores están parados en Montevideo y Buenos Aires”, remarcó.
Ehrecke señaló que ahora estamos en época que no es tan crítica, de mitad de año, porque no se importan útiles escolares ni productos para la Navidad, pero hay problemas para las industrias que importan materias primas y bienes de capital.
“Así como se importan insumos, también se exportan materias primas como carbón, madera, entre otros, en contenedores”, precisó. Puntualizó que se sigue navegando y transportando pese a la baja de clientes y los sobrecostos ya están estipulados en los contratos por esta situación. “La gente ya sabe que en esta época tiene que asumir este tipo de cosas”, recalcó.
Por otra parte, la página Trade News de Argentina señala que el Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió que se espera un “agravamiento de la bajante en el río Paraná”.
La publicación menciona, además, que “con la tendencia prevista, todo el tramo del río Paraná en territorio argentino alcanzaría niveles de similar orden a los registrados en el año más bajo de la historia, que se produjo en 1944”.