Los alcaldes de Madrid, Barcelona y de varias grandes ciudades italianas se reunieron ayer en Roma para lanzar un llamado para salvar a Europa de sí misma en el tema de la acogida a los migrantes.
El papa Francisco recibió a Manuela Carmena y Ada Colau, alcaldesas de Madrid y Barcelona, así como a Óscar Camps, fundador de la oenegé de socorro a migrantes Proactiva Open Arms, para abordar este asunto, anunció la Santa Sede. Las dos alcaldesas debatieron ayer durante más de dos horas con sus homólogos de las ciudades españolas de Zaragoza y Valencia, pero también de las italianas Nápoles, Palermo, Siracusa, Milán y Bolonia, antes de firmar un llamado común. “El mar Mediterráneo fue el hogar común de civilizaciones milenarias donde los intercambios culturales permitieron progreso y prosperidad. Hoy, se ha convertido en la fosa común de miles de jóvenes”, denunciaron, constatando en ello un naufragio de Europa.
“Debemos salvar a Europa de sí misma. Rechazamos creer que la respuesta europea a este horror sea la negación de los derechos humanos y la inercia ante el derecho a la vida. Salvar vidas no es un acto negociable e impedir la salida de barcos (de rescate) o rehusar su entrada a puerto es un crimen” agregan. Los firmantes anunciaron la formación de una alianza para apoyar a las oenegés de rescate en el mar, y para volver a poner a flote el proyecto europeo y sus principios fundadores.
pecados ambientales. Francisco exhortó el sábado a los fieles a tomar conciencia de sus pecados contra el medioambiente, y expresó su sorpresa de que raramente se hable de ello en la confesión.
“Cuando administro el sacramento de la reconciliación (la confesión), y también cuando lo hacía antes, es inusual que alguien se acuse de violentar la naturaleza, la Tierra, la creación”, declaró el Papa al recibir a expertos en teología moral. “Todavía no tenemos conciencia de este tipo de pecados”, se lamentó, y aludió al grito de la tierra, violada y herida de mil maneras por una egoísta explotación. “La dimensión ecológica es un componente imprescriptible de la responsabilidad de cada persona y de cada nación”, insistió el Pontífice que dedicó en 2015 la encíclica Laudato si a la protección del planeta. AFP