“Al maquillar también se trabaja con la parte emocional”

Patricia C. Benitez
carbenitez@uhora.com.py

Eva Noguera de Chiriani es amante del arte, maquillista, esteticista, productora y asesora paraguaya. Nació en Asunción, está casada y tiene 2 hijas. Desde pequeña soñaba con ser artista, trabajar con pinturas y pinceles.

Se inició desde los 16 años, cuando maquillaba para las obras de teatro de su colegio. Cuando terminó la secundaria ya estaba trabajando en el rubro de la belleza, aunque su padre quería que siga una carrera contable en la universidad.

Empezó a trabajar como secretaria con un peluquero famoso llamado Félix, ahí empezó a maquillar a las clientas gratis porque le encantaba. “Ser maquillista era un rubro considerado de bajo nivel; sin embargo, ahora yo tengo alumnas abogadas y de otras profesiones que estudian maquillaje”, afirma.

Así fue creciendo, trabajó con Rommy, tenían mucho trabajo y eran invitadas para entrevistas a diferentes canales de televisión, al volver ya la esperaban filas de clientas. Actualmente trata de compaginar su vida profesional con la personal y familiar. “Ahora disfruto más, me manejo por agenda”, resalta.

Las emociones

Además de maquillar, con esta actividad, Noguera aprendió a conocer a sus clientas. “Al maquillar también se trabaja con la parte emocional. Si uno no está bien, no hay maquillaje que lo cubra”, destaca. Empezó a realizar cursos de entrenamiento personal, coach ontológico y como manejar las emociones de las personas.

Siempre fue la preferida por las jóvenes para los debuts en sociedad. “Creo que esto se debe a que hay mucha conexión y empatía. Saber interpretar a los adolescentes, cuáles son sus necesidades y respetarlas. Creo que también porque tengo alma de adolescente y me encanta compartir, disfruto y aprendo estar con ellas”, comenta.

En sus redes se puede ver que atiende a mujeres mediáticas como Nadia Ferreira, Sol Cartes, Puppa Careaga, Andrea Lafarja, entre otras. Entre sus trabajos preferidos están asistir a quinceañeras para sus books de cumpleaños, en cuanto a peinado y maquillaje.

Para la profesional, no hay mujer fea sino mal producida. “El maquillaje es realzar los rasgos lindos que uno tiene y disimular con lo que uno no está tan conforme”, subraya.

Su rutina depende de su agenda. “Entreno con pesas y baile 2 veces por semana y tengo clases de pádel también 2 veces por semana. Coordino la agenda si tengo campañas o producciones fotográficas en la semana y fin de semana generalmente novias, quinceañeras o clientas que tienen algún evento especial”, explica.

En sus tiempos libres también le gusta hacer pilates, estar en la huerta con sus orquídeas, con sus ganzos, disfrutar de la naturaleza y con su familia. “Compartir con la familia es lo que más amo”, confiesa.

Una de sus mayores preocupaciones en cuanto a su profesión es que exista una ley contractual de relación comercial con asociados y que esta no sea percibida como una pérdida de derechos ni tampoco promueva una situación desigual y que sea beneficiosa para todas las partes del sector. “Uno de mis sueños es que seamos un país donde todos los ciudadanos tengamos oportunidades”, manifiesta la maquilladora.

Eva y el arte

Desde muy pequeña la atrajo la pintura, lo que la llevó a realizar estudios para conocer las artes en todas sus expresiones. Incursionó en la pintura al óleo acrílico, pinturas decorativas de pared, realizó talleres de pintura realista con Hernán Miranda y espatulado con Kalela Saldívar.

También hizo curso de restauración de santos y le encomendaron la misión de restaurar dos vírgenes de Caacupé, una de 178 años y la otra de 204, ambas peregrinas que se encuentran en un museo. Su entusiasmo por la belleza la llevó a estudiar fotografía y danza.