A María Victoria, de 14 años, hija única de María Recalde y Félix Valiente, ayer a las 9:25 la distanciaban de la vacuna anticovid solo media cuadra. Escoltada por sus padres, estaba a punto de ingresar al puesto peatonal de vacunación del Sanatorio Británico para recibir la primera dosis contra el coronavirus (Covid-19).
En un año y medio de la pandemia, alejada de las clases presenciales, viviendo en el encierro, María Victoria –al igual que muchos adolescentes de 12 a 14 años con enfermedades de base– estaban esperando ansiosos en la extensa fila de una cuadra y media sobre la calle Parapití.
La familia se trasladó desde Lambaré hasta el barrio General Eduvigis Díaz. “Para mí personalmente representa la vida. Es una esperanza, entonces, tiene mucho sentimiento vacunarnos. Representa mucho”, dijo María Recalde y se le llenaron los ojos de lágrimas. Ella y su marido Félix Valiente ya recibieron la primera dosis, con lo que ahora la familia completa está vacunada.
El vacunatorio del Sanatorio Británico era ordenado y sencillo. Con el frasco del alcohol en las manos, con doble tapabocas y bien abrigados, los muchachos y muchachas junto a sus padres acudieron masivamente a este centro de vacunación céntrico.
Los adolescentes de 12 a 17 años, junto a sus padres, coparon ayer los 115 vacunatorios del Ministerio de Salud Pública (MSP) para recibir la primera dosis de la anticovid.
FIESTA Y COLOR
Hasta el vacunatorio del Centro de Atención Ambulatoria del Instituto de Previsión Social (IPS) llegó el staff de la Fundación Dr. Payasonrisas. A un ambiente sereno, en solo minutos lo llenaron de música, baile y risas.
Octavio Salinas, de 12 años, tras ser vacunado, aceptó el reto de los Doctores Payasonrisas y bailó en la pista del vacunatorio. Los Payasonrisas lo rodearon y movieron el cuerpo al ritmo de la famosa canción Asereje. Con risas y aplausos lo acompañaron los otros adolescentes, que por ser tímidos, prefirieron solo ser espectadores de la fiesta de la vacunación.
A Salinas lo acompañó su madre Verónica Haseitel. “Obviamente la vacuna nos va a proteger a todos. Si bien los niños no son los que más sufren el contagio son un transporte del virus. Estamos muy contentos que hayamos podido conseguir que ellos puedan acceder con prioridad a la vacuna”, dijo Haseitel.
Al fondo de la sala de espera de 30 minutos posvacunación, Lía Caniza, de 12 años, estaba escondida de los Payasonrisas. “El tema de la vacunación es superimportante. Ella es mi hija menor”, dijo su madre Normina Caniza y se le quebró la voz. La familia perdió a un pariente a causa del Covid-19 la semana pasada, y acceder a la dosis representa esperanza en medio de tanto dolor. “Después vamos a celebrar en la casa”.
La jornada de vacunación del Día A se volvió una fiesta en todo el país. El Ministerio de Salud Pública (MSP) registró la inscripción de más de 30.000 adolescentes de 12 a 17 años, se inmunizaron 26.946 al cierre de la edición. El Ministerio de Defensa Pública informó hasta las 15:00 de ayer que más de 1.300 adolescentes lograron acceder a la dosis mediante el acompañamiento de los defensores públicos.