Un jugador alcanzado por un proyectil, invasión al terreno de juego, una riña de proporciones mayúsculas, la detención preventiva de un hincha y los clubes que se culpan mutuamente por el caos son el resultado de un juego suspendido y que todavía no tiene continuidad por las desavenencias.
La dirección del Niza acusó al defensor español del Marsella Álvaro González de provocar a los hinchas, mientras en Marsella condenan los ataques ocurridos en campo contrario. La Fiscalía francesa, por su parte, ordenó una investigación.