El abogado Mariano Moyano explicó al medio argentino Página 12 que dentro de la sociedad, Vicentin SAIC era el mayor deudor tanto en bancos argentinos como fuera del país, mientras que las grandes exportaciones se realizaban a través de miembros que operan en el exterior.
“El caso de Vicentin Paraguay es muy llamativo, por no decir sospechoso. En Paraguay no tienen activos, ni fábricas, ni casi oficinas, y son el segundo exportador de soja. Estamos investigando el perfil bancario de Vicentin Paraguay para ver si coincide con el nivel de facturación. Ya sabemos que su nivel tributario no coincide”, lanzó Moyano.
Se refirió a que la empresa no figura siquiera entre los 500 mayores contribuyentes, siendo que tuvo en el 2019 una participación del 15% en las exportaciones de granos de soja, de un total de 4.888.651 toneladas, de acuerdo con los datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
Las sospechas se agravan con la hipótesis de que Vicentin estaría enviando sus ganancias al exterior para provocar adrede un vaciamiento de Vicentin SAIC y así negociar el pago ventajoso a sus acreedores, a quienes adeuda USD 1.300 millones. Pero a esto se suma la supuesta evasión impositiva en Argentina mediante las ventajas tributarias que tiene la materia prima paraguaya.
“Creemos que los dividendos de Renova SA, y también de otras sociedades del grupo, fueron remitidos al exterior. En el caso de Renova, a los efectos de simular operaciones de su controlante Vicentin Paraguay haciendo pasar soja argentina como paraguaya para eximirse de pagar impuestos. Renova SA se presenta como una planta trituradora de soja, lo cual es cierto. Pero es llamativo que solo Vicentin SAIC tiene problemas financieros, y que esa situación no repercuta de manera visible en el conglomerado o grupo económico,” agregó el representante de los afectados.
CASO LOCAL. Hasta diciembre de 2019, el representante de Vicentin Paraguay fue José Berea, titular de Capeco, que a su vez tiene como socio al agente de comercialización de granos. Si bien existe una oficina en Asunción, solo opera el personal administrativo y no hay un nuevo encargado que pueda explicar el impacto del default en el país.
Desde Capeco se limitan a informar que las operaciones de la firma en territorio paraguayo están paralizadas, pero que cumplió con los contratos que tenía con sus proveedores.