18 dic. 2025

Abdo Benítez se muestra muy flojo ante casos de corrupción

A pesar de sostener reiteradamente la expresión “caiga quien caiga” y pedir ayuda internacional en la lucha contra el lavado de dinero, el presidente Mario Abdo Benítez se muestra muy flojo ante los casos de corrupción en su propio entorno. No asume posturas firmes ante los dirigentes de su propio movimiento político procesados o investigados por la Justicia. Mientras determina recortes en el Presupuesto a áreas sociales que afectan a la población más humilde y pronuncia discursos de austeridad, sin embargo permite que se siga derrochando dinero público con el pago de aguinaldo extra a funcionarios privilegiados, favoreciendo que siga la inequidad. Una incoherencia política que se debe corregir.

Al presidente de la República, Mario Abdo Benítez, le gusta repetir cada tanto su lema de campaña “Caiga quien caiga”, dando a entender que existe una política dura e inflexible desde el Poder Ejecutivo contra la corrupción, aunque las acciones perjudiquen a sus propios colaboradores o seguidores. Sin embargo, en la práctica, el jefe de Estado se muestra muy flojo con los casos de corrupción y con las irregularidades que tienen que ver con su entorno.

Un hecho puntual es que evita asumir una postura firme con los dirigentes de su propio movimiento político, Colorado Añetete, que aparecen involucrados en presuntos actos delictivos, procesados o investigados por la Justicia, como el diputado Ulises Quintana, imputado por los supuestos hechos punibles de tráfico de drogas en carácter de cómplice, tráfico de influencias, asociación criminal, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, actualmente nuevamente preso en Viñas Cué y con posibilidades de sufrir la pérdida de investidura, o el diputado Miguel Cuevas, ex presidente de la Cámara de Diputados, imputado por los supuestos hechos de enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y declaración falsa.

Cada vez que se le pregunta sobre estos y otros casos de miembros de su entorno, el presidente Abdo Benítez responde que están en manos de la Justicia y que él no quiere inmiscuirse en asuntos de otros poderes, olvidando que él es el líder del movimiento político al cual pertenecen los acusados de corrupción; y tampoco evita que acudan al Palacio de Gobierno y se tomen fotografías en su compañía, lo cual se interpreta como un apoyo explícito a quienes aparecen muy cuestionados por la ciudadanía, denunciados en investigaciones de prensa y en la mira de la Justicia.

Actualmente, el jefe de Estado se encuentra de regreso de Estados Unidos, luego de una histórica entrevista con el presidente Donald Trump, con quien avanzó en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, específicamente contra el lavado de dinero y el narcotráfico. Sin embargo, el Ejecutivo, al igual que la Fiscalía y la Justicia han hecho muy poco por avanzar en las investigaciones sobre graves casos detectados por la Justicia brasileña sobre casas de cambio y personas que desde hace tiempo presuntamente actúan en operaciones ilícitas en territorio paraguayo.

También se muestra muy flojo el presidente al conocerse que el Ministerio de Hacienda pagó recientemente un aguinaldo extra de más de 4 millones de guaraníes a cada funcionario, disfrazado como “subsidio familiar”, en total cerca de 9.000 millones, y liberando los recursos para que más de 20 entidades públicas hagan lo mismo. Mientras el Gobierno insiste en que no hay dinero y llama a la austeridad, determinando recortes en sensibles áreas sociales que afectan a la población más humilde, permite que se lleve a cabo este impune derroche del dinero público en favor de una casta de privilegiados funcionarios del Estado, favoreciendo que se mantenga la inequidad.

Son estas y otras acciones las que demuestran que el presidente de la República se muestra muy flojo ante la corrupción, a pesar de los contradictorios discursos que pretenden mostrar otra imagen. Una incoherencia que se debe corregir.