El mandatario está en el foco de las críticas y cuestionamientos, que ya se vienen dando por denuncias de corrupción en la adquisición de insumos médicos y el manejo de la crisis en los sectores más desprotegidos.
En Diputados, prácticamente no cambia mucho el panorama, ya que el cartismo de la mano de los liberales seguirá manteniendo el espacio, a través de Pedro Alliana, quien fue reelecto en el cargo. Se dijo que para la continuidad de Alliana acordaron Abdo con Horacio Cartes, con quien el mandatario mantiene últimamente asiduo contacto telefónico para llegar a acuerdos.
En el Senado, luego de dos pactos consecutivos que tuvo como aliados a abdistas, cartistas y llanistas, gran parte de la oposición decidió subirse al carro del mando de la presidencia del Congreso, con el colorado Óscar Salomón al frente. Este senador abdista fue designado con 24 votos que le dieron un sector del PLRA, Frente Guasu, Hagamos, y Partido Democrático Progresista. Los colorados, entre cartistas y algunos abdistas, además de los llanistas se desbandaron y dividieron sus votos entre el patriaqueridista Fidel Zavala y el colorado abdista Silvio Ovelar.
El pacto con la oposición hizo que se le cediera la vicepresidencia primera del Congreso al ex presidente Fernando Lugo y como vicepresidente segundo quedó el liberal Amado Florentín. Esta alianza es abiertamente anticartista y si bien Abdo Benítez no se inmiscuyó en las negociaciones, la elección de Salomón con el guiño opositor le beneficia porque lo considera un hombre leal.
En su primer periodo de mandato de 2018 al 2019, en la Cámara Alta Marito consiguió que Ovelar sea el titular, con 26 votos, mediante un pacto abdollanocartista. Como parte del acuerdo el precio que tenía que pagar era el juramento de Horacio Cartes y Nicanor Duarte Frutos, ambos senadores electos y proclamados, lo que no ocurrió hasta el momento.
En el siguiente periodo, 2019-2020, Abdo decidió depositar su confianza en el liberal Blas Llano, y en nombre de la gobernabilidad se volvió a reprisar la segunda parte del pacto abdollanocartista.
El gobierno de Marito desde un principio tuvo algunas turbulencias, y una de ellas lo dejó al borde de un juicio político, y tenía que ver con la polémica por el Acta de Itaipú, que ya se estaba negociando bajo la mesa, y desató una tormenta política.
El soporte que pensó tener al menos en la Cámara Alta se quebró cuando Llano, a quien consideró su principal aliado, decidió soltarle la mano. A partir de ese momento, el mandatario ya no lo vio como una opción ante la intención del liberal de su reelección.
Llano intentó ganar nuevamente el apoyo cartista para su reelección acompañando la designación de César Diesel como ministro de la Corte, y al final pagó un precio más alto, ya que ni los opositores lo consideraron como opción.
El desbande fue aprovechado por Salomón.