29 mar. 2024

A pesar de HC, pactos políticos son normales en el Congreso

Acuerdos. Hacemos un repaso por los acuerdos más relevantes que se realizaron en el Senado. Enojo. El cartismo se enfureció por la reelección de Salomón, que tuvo apoyo de su sector y otros.

La semana pasada el colorado Óscar Cachito Salomón fue reelecto como presidente del Congreso, gracias a un acuerdo con legisladores de distintas bancadas del Senado. Aunque no es la primera vez que se concretan acuerdos políticos en la Cámara Alta, esta vez hubo una furibunda reacción de un sector de la Asociación Nacional Republicana (ANR), ya que el movimiento Honor Colorado, cuyo líder es el ex presidente Horacio Cartes, fustigó con rabia el triunfo de Cachito.

El cartismo hizo sentir su enojo en un comunicado firmado por el propio ex mandatario, y acusó al presidente Mario Abdo Benítez de ser un traidor que pacta con la oposición. Sin embargo, el reelecto Salomón pertenece a las filas del Partido Colorado, aunque su cercanía es más a Abdo que a Cartes.

En el Senado es común que se vean acuerdos aparentemente impensables, ya sea a favor de un proyecto de ley, un intento de enmienda como el que se dio en el 2017 entre el cartismo, el Frente Guasu (FG) y los liberales llanistas, o hasta juicios políticos como los de 1999 y el 2012.

En efecto, ya en 1999 se dio un trato entre argañistas, el PLRA y otros sectores para destituir al entonces presidente Raúl Cubas Grau. De hecho, en 1998 Cubas liberó, por decreto, al retirado Gral. Lino César Oviedo, quien estaba en prisión por un acto de sedición contra Juan Carlos Wasmosy. La decisión del jefe de Estado originó una crisis política y los partidos de oposición, junto a los legisladores argañistas, presentaron en la Cámara de Diputados un pedido de juicio político.

Aquel año el oficialismo oviedista contaba con suficientes votos para detener el juicio, y el pedido quedó encajonado por meses, hasta que el magnicidio de Luis María Argaña en marzo de 1999 y las protestas motivaron su acelerada aprobación y culminó con la renuncia de Cubas, ante su inminente destitución.

Otro insólito acuerdo es el que se concretó para la elección de Carlos Filizzola como presidente del Congreso, en medio de un pacto que se remonta al 2005, entre la bancada colorada y una multibancada integrada por el PLRA, País Solidario, Encuentro Nacional y Unace. El oviedista Enrique González Quintana fue el rival de Filizzola, propuesto por liberales y oviedistas, pero obtuvo 14 votos para la titularidad del Congreso, en una sesión que duró cerca de cinco horas. Aquella vez, los senadores de Patria Querida, a excepción del entonces presidente del Senado, Miguel Carrizosa, abandonaron la sesión como protesta.

Así, con Filizzola fueron también electos Alejandro Velázquez Ugarte como vicepresidente primero y el liberal disidente Modesto Luis Guggiari como vicepresidente segundo.

La elección de Filizzola como presidente fue para el periodo del 1 de julio de 2005 al 30 de junio de 2006, y representó un nuevo escenario político en el Senado, dentro del cual los colorados alcanzaron una influencia elemental en las decisiones del Parlamento.

Juicio político. Otro acuerdo recordado fue el que unió a la ANR, el PLRA y otras agrupaciones para destituir a Fernando Lugo de la presidencia de la República el 22 de junio de 2012.

Fueron 39 senadores los que votaron por apartar del cargo al líder del Frente Guasu, alegando mal desempeño en sus funciones. La defensa fue contundente, pero la sentencia ya estaba cantada. Apenas media hora después de expulsar a Lugo del Ejecutivo, el Congreso tomó juramente al liberal Federico Franco.

Entonces, en el Senado, cámara que funge de tribunal en un juicio político, liberales y colorados, además de los representantes de Unace y el Partido Patria Querida, se unieron para tumbar al ex obispo, quien luego se convirtió en senador para el periodo 2013-2018 y fue reelecto como legislador para el actual Congreso.

Enmienda. Pero los sonados casos de acuerdos políticos continuaron. Así, por ejemplo, el oficialismo y sus aliados concretaron un golpe y desatan la furia ciudadana en el conocido como Marzo paraguayo de Cartes. Fue el 31 de marzo de 2017, cuando veinticinco senadores sesionaron de manera secreta y a tambor batiente aprobaron un proyecto de enmienda constitucional para permitir la reelección, generando una feroz manifestación ciudadana que tomó el Congreso.

En aquella semana, parecía que el anunciado tratamiento del proyecto de enmienda no se iba a concretar, pero en unas horas el cartismo y sus aliados, los liberales llanistas y del Frente Guasu, concretaron el plan, presentaron el proyecto y pidieron la convocatoria a una sesión extraordinaria. Pese a que el titular del Congreso, Roberto Acevedo, no llamó a ninguna sesión, los tres sectores aliados se reunieron en la bancada del Frente Guasu y a tambor batiente, como si se tratara de un proyecto cualquiera, concretaron su golpe y aprobaron en cuestión de minutos el proyecto.

La decisión, que estaba siendo transmitida en vivo por los medios de comunicación, generó la reacción inmediata de la ciudadanía, quienes apoyados por referentes del PLRA y de otras agrupaciones llegaron hasta la plaza frente al Congreso, y se generó una brutal represión de la Policía Nacional.

Con el correr de las horas la situación fue empeorando, la policía fue sobrepasada y los manifestantes pasaron la vallas de seguridad y lograron entrar hasta la sede del Senado ocasionando destrozos e incluso incendiaron la sede legislativa.