Los reportajes de investigación sobre la corrupción en el Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción, que este diario empezó a publicar el 8 de setiembre de 2015, desencadenaron una inédita rebelión estudiantil. La serie empezó contando la historia de Tatiana Cogliolo, una joven maestra parvularia que figuraba como profesora en la Facultad de Veterinaria y cobraba 12,6 millones de guaraníes mensuales. Reveló además que la madre y una prima también cobraban como profesoras fantasmas y hasta su hermanita estudiante de secundaria fue adjudicada con un rubro administrativo por el entonces rector de la Universidad Nacional de Asunción, Froilán Peralta.
Las publicaciones despertaron la indignación de los estudiantes, que se declararon en asambleas permanentes frente al local del Rectorado y en las principales facultades, manteniéndose movilizados y en vigilia durante varios meses, dando inicio a una primavera estudiantil que fue bautizada con el hashtag #UNAnotecalles. La masiva solidaridad ciudadana con los estudiantes generó un gran impacto mediático e hizo que el rector Peralta fuese imputado por la Fiscalía, quien tras permanecer oculto durante varios días acabó entregándose a la Justicia y fue preso a la cárcel de Tacumbú.
Como resultado inmediato de la gesta estudiantil, en poco más de un mes de movilizaciones se produjo la forzada renuncia de 2 rectores, 3 vicerrectores, 6 decanos, 5 vicedecanos y unos 38 altos funcionarios, además de 43 funcionarios procesados y 5 en la cárcel. Fue un hecho social que no solo sacudió la estructura de un corrupto y autoritario sistema universitario, sino que interpeló a la misma sociedad paraguaya.
A tres años de aquella gesta, el balance revela que una vez más el sistema de Justicia no respondió de manera adecuada y dio paso a la impunidad. La Fiscalía detectó irregularidades en contrataciones, asignaciones de rubros y cobros de salarios de funcionarios, evaluando que el perjuicio patrimonial fue de 4.000 millones de guaraníes durante la gestión de Froilán Peralta al frente de la Facultad de Veterinaria y del Rectorado de la UNA. De los 52 procesados inicialmente, unos 47 admitieron los hechos y se beneficiaron con medidas alternativas, quedando sobreseídos del caso.
Actualmente, en la carpeta fiscal solo quedan dos procesados: el ex rector Froilán Peralta, por el hecho punible de inducción al cobro indebido de honorarios y lesión de confianza, con un perjuicio estimado en 1.225 millones de guaraníes, y la ex directora de Talento Humano de la UNA, María del Carmen Martínez, por el hecho punible de apropiación y estafa, con un perjuicio atribuido de 242.651.346 guaraníes.
La auditoría realizada por la Contraloría General de la República acerca de las irregularidades duerme en los archivos de dicha institución desde hace dos años. Aunque se produjeron casos de remoción de autoridades y avances en el manejo más transparente de algunas facultades, el sistema cuestionado por los estudiantes aún se mantiene. El reclamando cambio aún no llegó a la UNA.